"Una linda pesca en la ciudad más linda", tuitea Máxi Gómez desde su Paysandú natal. El delantero ha iniciado sus vacaciones después de la eliminación de Uruguay en la Copa América. Posa orgulloso de su captura, aparentemente ajeno a la tormenta que se ha organizado sobre su futuro al otro lado del Atlántico. Valencia era su destino. El Celta y el club levantino habían pactado la operación de intercambio que incluía para los vigueses a Santi Mina, 14,5 millones de euros fijos, 1,5 en variables y la cesión por dos temporadas del central tinerfeño Jorge Sáenz. Apenas quedaban algunos detalles por concretar en la operación. Pero el West Ham ha decidido lanzar una última tentativa. Una comisión inglesa se encuentra en Vigo desde la noche del jueves. Ha efectuado una oferta por Maxi Gómez que ronda los 40 millones de euros. El Celta se mantiene firme. Respeta el pacto con el Valencia. No desea entrar en tratos con Stellar Group, la agencia de representación del jugador, con la que rompió relaciones hace tiempo. El relato sigue pendiente de una conclusión que Mina confía que no entorpezca su regreso a Vigo: "Esperemos que al final se resuelva de la mejor forma posible para mí y para el club".

El proceso entablado por Celta y Valencia tiene elementos irrebatibles: los dos clubes están conformes en las condiciones y el Celta también ha acordado el contrato de Santi Mina. Ayer por la mañana, en la Cúpula de Príncipe consideraban el negocio casi solventado, a falta de algunas cuestiones que parecían menores -una operación que involucra tres salarios, dos traspasos, una cesión, cantidades fijas y variables es realmente compleja-. Es el acuerdo entre el Valencia y la agencia de Maxi lo que se ha atragantado.

Fue por la tarde cuando el West Ham irrumpió en el escenario. El club inglés había sido el único antes del Valencia que había presentado una oferta en firme por Maxi Gómez: fue de 35 millones durante el pasado mercado de invierno. El Celta ya no contaba con que reapareciesen. Pero el club vigués actúa en esta situación con la visión negada por ese flanco. No tiene trato con Stellar Group, la agencia de representación de Maxi, que posee una gran capacidad de influencia en el West Ham.

A Vigo llegó el jueves de noche en avión privado una delegación formada por un directivo del West Ham y dos intermediarios, no vinculados directamente a Stellar Group, aunque obviamente actuando de alguna manera como sus emisarios. Se plantaron en Príncipe y en sus propuestas han llegado a ofrecer alrededor de 40 millones de euros.

Carlos Mouriño, sin embargo, ha dado instrucciones claras de que no se negocie. El presidente céltico quiere respetar el acuerdo con el Valencia. La relación con la directiva levantina, y concretamente con el director general, Mateu Alemany, es muy fluida (Wass y Roncaglia, por ejemplo, han sido materias recientes). Mouriño no quiere que ningún elemento enturbie el regreso de Santi Mina a Vigo. Y el mandatario es además muy rotundo en sus inquinas cuando se cruzan sus líneas rojas. No entra en sus planes favorecer de ninguna manera a Stellar Group, cuya presencia en la entidad eliminará totalmente salvo por un par de canteranos cuando coloque a Maxi.

La expedición del West Ham iba a continuar esta mañana en Vigo, aunque todo apuntaba al pago de la cláusula (50 millones de euros) como la única fórmula a su alcance para fichar a Maxi Gómez. El jugador, que en otras ocasiones ha mostrado firmeza en sus criterios personales pese a haber confiado su futuro a esa agencia, tendría en tal caso que resolver un áspero dilema: el Valencia le ofrece seguir en un fútbol que ya conoce y un país al que ya está adaptado, además de disputar la Champions; el West Ham, el atractivo de la Premier League y sobre todo un sueldo superior. Stellar Group, a la vez, parece estar manejando la amenaza del West Ham como presión para lograr una comisión de 3 millones de euros, de la que debería hacerse cargo el Valencia.

En la Cúpula celeste consideran que el intercambio Mina-Maxi se acabará llevando a cabo. Esperan que el tiempo aclare la polvareda que la aparición del West Ham ha levantado. En último caso, cabría confiar en que Alemany, si el West Ham pagase la cláusula, no culparía al Celta de lo sucedido y dejaría abierta la puerta a Santi Mina. Pero incluso en esa hipótesis todo se complicaría: el Valencia necesitaría una alternativa a Maxi y deberia tasar a Mina para vendérselo al Celta, a un precio seguramente caro sabiendo que los vigueses tendrían 50 millones en caja. Mientras Maxi aguarda noticias desde Uruguay, Mina lo hace en casa. El vigués visitó ayer a los jóvenes que participan en el Campus Denis Suárez, en Salceda. "Todo el mundo sabe que estoy a punto de venir al Celta pero no está hecho porque el fútbol puede dar muchas vueltas. Ahora mismo pertenezco al Valencia, pero está claro que hay un interés muy fuerte del club donde he jugado toda mi vida, que es el Celta. Esperemos que al final se resuelva de la mejor forma posible para mí y para el club", declaró a la Televisión de Galicia.

Denis Suárez debería ser precisamente su compañero en ese Celta que "pinta muy bien", asegura Mina, que es consciente de que Iago Aspas está manejando los hilos, al menos los ideológicos, en esta "operación retorno" emprendida por el Celta: "Tengo una buena relación con Aspas, siempre hemos mantenido el contacto. Sé el cariño que él me tiene. Eso y la grandeza con la que yo siempre lo veo ayudará a que pueda acabar en el Celta".

"He jugado Champions, he ganado un título con el Valencia y he marcado goles en Champions, pero al final un futbolista lo que quiere es jugar, salir todos los domingos al césped y darlo todo. Y el interés que está mostrando el Celta por mí es grandísimo. Esa es mi casa, si he llegado al Valencia ha sido gracias al Celta. Si al final se dan las cosas lo daré todo para demostrarle que no se han equivocado", comentó el delantero olívico.