El valor de una afición se mide en los momentos difíciles, y por algo la del Teucro fue nombrada en su día la mejor de España. El equipo azul no está en su mejor momento deportivo, con pocas opciones de lograr la permanencia en Asobal, pero puede presumir de contar con su hinchada de manera incondicional. "Toquemos madera, pero lo seguiríamos hasta en Primera Nacional", aseguran varios fieles.

Aficionados de toda la vida, hace unos años formaban la peña "Blue Ones" y desde hace un tiempo acuden puntuales al pabellón como meros socios, pero siguen yendo todos juntos. "Somos pocos, pero fieles", afirma Carlos, que lamenta que esta temporada "la suerte no ha acompañado. El equipo no está jugando mal, pero va a ser muy complicado salvarnos. Tenemos el tema de las lesiones y hubo cuestiones extradeportivas que son imposibles de controlar. Pero yo el descenso lo veo como el preludio de un ascenso y, para mí, los títulos son los ascensos".

Más complicado lo ve Manuel, que cree que "siempre cuesta volver a subir a Asobal". Para él las lesiones han sido clave, porque "han desconectado a la plantilla", pero sobre todo destaca que se ha fallado en defensa, "no se pueden encajar tantos goles".

"Han influido muchos factores para que se hayan complicado tanto las cosas", apunta Elisa, y uno de ellos es el aspecto económico. Carlos lamenta los retrasos con las subvenciones del Concello. "No es normal estar esperando dos años por unas ayudas que ya están concedidas. Ningún deporte puede sobrevivir así", señala, y los tres coinciden en que así es muy difícil competir contra otros clubes de Asobal que cuentan con grandes presupuestos. "Tenemos medio equipo amateur, y eso al final de los partidos se nota".

A todos ellos les gustaría que la próxima temporada, ya sea en Asobal o en División de Honor Plata, se apostara por más jugadores gallegos y, sobre todo, que se potenciara la cantera, porque "es el verdadero futuro del club".

Por tradición familiar, Manuel, Carlos y Elisa son aficionados del Teucro desde pequeños, han vivido buenos y malos momentos en el pabellón Municipal y también a lo largo de la geografía española, especialmente Carlos, que acompaña al equipo en sus desplazamientos siempre que puede. Ni ellos ni las personas con las que acuden a cada partido van a dejar de hacerlo ahora; seguirán apoyando a los chicos de Luis Montes hasta el final, tanto si se da el milagro como si hay que volver a remar juntos para regresar pronto a Asobal.