El Pontevedra recibió un duro castigo en el Helmántico al caer goleado por 3-0 ante el Salamanca. Los pupilos dirigidos por Luismi no encontraron nunca la fórmula de superar al conjunto charro, que se vio beneficiado muy temprano con el gol de Indiano a los siete minutos. Pero ni con todo el partido por delante, ni con todo un mundo para intentar cosechar las tablas, los granates lograron el ansiado cometido. Fueron pasando los minutos, las imprecisiones y el desaliento, y terminaron llegando dos chicharros para redondear una goleada que fue un excesivo castigo.

No entró bien al partido el Pontevedra, cuya incomodidad se reflejó en los primeros compases. El Salamanca no tuvo que hacer nada fuera de serie para ponerse por delante en el marcador. Quizá la falta de ambición, de concentración o ambas cosas penalizaron a los lerezanos, que pronto se verían con un resultado adverso que serían incapaces de voltear. Y es que un fallo en la salida del balón por parte de Borja Domínguez desencadenó el primer tanto de la tarde, obra de un Indiano que buscó dar la sorpresa con un lanzamiento desde lejos y clavó el esférico en la portería de un Edu cuya estirada no sirvió para atajar el potente disparo.

El golazo del futbolista local provocó que los de Luismi remaran contra corriente, un ambiente en el que no se sintieron nada cómodos. No obstante, a los nueve minutos Dani Sostres tuvo que intervenir, y de qué manera, para evitar el empate de Pedro Vázquez tras la salida de un córner. Arruabarranena, en el rechace, tampoco estuvo fino. Le pegó a la pelota mordido y la ocasión no fue a más.

El Salamanca se fue haciendo poco a poco con la posesión frente a un rival al que el balón en los pies le quemaba y al que le costaba hilvanar jugadas en el campo rival. Pero la falta de acierto no era aprovechada por el Salamanca y en cambio fue un balón largo de Pedro Vázquez sobre Romay el que dejó al jugador granate solo ante Sotres, que le ganó la partida en el uno contra uno. Nueva oportunidad marrada, ésta en el minuto 24.

Los locales, con el marcador favorable, no tenían prisa alguna por merodear el portal de Edu y optaban por salir al contragolpe para buscar abrir brecha. Así, superada la media hora de juego, fue Alomerovic quien lo probó con un disparo que se marchó por encima del larguero. Diez minutos después era su compañero, Sergio Molina, el que no encontró su objetivo.

La reacción del Pontevendra no terminaba de producirse y a pesar que entre sus intenciones estaba marcharse a la caseta con el tanto del empate bajo el brazo, éste no llegó, propiciando además serias dudas en su juego que no terminarían de aprovechar los locales para cerrar el encuentro.

En la reanudación el choque siguió por los mismos derroteros. Con el Pontevedra en plan 'quiero y no puedo' y con el Salamanca administrando bien su renta, presionando con orden y sentido. Trató de agitar la coctelera Luismi y meter más pólvora sobre el césped con la entrada Javi Pazos por Campillo, pero tanto su entrada como la de Álex Fernández un poco más tarde, no sirvieron como revulsivo. Entre tanto, los charros perdonaron el segundo en el minuto 58, poco antes de la entrada de los dos futbolistas citados, en un mano a mano que falló Alomerovic con todo de cara.

Ni con defensa de tres aumentó en el Pontevedra la producción ofensiva o, en su defecto, el acierto ante el marco contrario. Faltaba fluidez y sobraba espesor. En el minuto 72 llegaría una acción polémica que se saldó con tarjeta amarilla -que acarrea suspensión- sobre Arruabarrena, por reclamar un penalti en el área salmantina que el colegiado no señaló.

A ocho minutos del epílogo, el cuadro de casa volvió a disponer de una clara situación para sentenciar, pero no estuvo acertado en su disparo Santi Luque, para fortuna de los granates.

Los de Antonio Calderón, sin embargo, no perdonaron en la siguiente, en el minuto 84. Jehu Chiapas, tras un saque de esquina, apareció en el primer palo y libre de marca para sellar y confirmar el discreto partido del Pontevedra, que sin grandes méritos para empatar, se llevaría un palo en el Helmántico ante un equipo que sí demostró tener el acierto hacia portería que le faltaron a los granates.

Fue en el segundo de los cinco minutos de alargue que el árbitro añadió a la contienda cuando Owusu desató el júbilo del respetable tras una buena jugada personal, en el que cruzó con la pelota desde el medio campo hasta el área rival sorteando a tres jugadores granates para superar a Edu. Al final un 3-0, resultado abultado para lo visto sobre el tapete verde, pero derrota justa de un equipo al que fuera de casa le cuesta ser reconocible y que ve ya a seis puntos los puestos de play off.