El Teucro sumó una nueva derrota ante el Bidasoa en un duelo en el que los de Luis Montes tuvieron serias opciones de llevarse mucho más. Guillermo Fischer fue el hombre del encuentro, sosteniendo a los teucristas y durante una exclusión suya, los vascos se aprovecharon para volver a ponerse por delante y dejar tocado a un equipo que se queda a tres puntos de la salvación.

Con menos repertorio que el Bidasoa en ataque, a tenor de lo demostrado por los vascos en la segunda parte, el Teucro arrancó muy enchufado en un partido en el que luchó e hizo méritos para, al menos, no perder ante un conjunto que está en la tercera posición de Asobal. La estrategia de Luis Montes, dando intensidad y velocidad en defensa para evitar el juego de los extremos del Bidasoa funcionaba, con un Santana haciendo paradas y recuperaciones de balón fundamentales.

En ataque, Fischer, bien respaldado por Cutura y Samu Gómez, cogía las riendas del Teucro y lanzaba sus misiles en cuanto disponía del mínimo espacio para sorprender al rival. Tanto era así, que con el marcador muy parejo, eran los de Luis Montes los primeros en arañar una ventaja significativa en el luminoso con el 5-3. Pero el Bidasoa respondió y en los peores minutos del Teucro consiguió un parcial de 4-8 en el minuto 16 que amenazaba con ir a más si no reaccionaban los de Luis Montes. La solución fue de nuevo Fischer, Cutura y Samu Pereiro otra vez, cuyos tantos sirvieron para que los azules hiciesen la goma en el marcador hasta conseguir empatar en el 26 (15-15). Los vascos conseguirían irse al descanso con una ventaja mínima (15-16), pero las mejores sensaciones sobre la pista las había dejado el Teucro.

Tras la reanudación, los de Luis Montes salieron a por el partido y en el minuto 40, Fischer ponía al equipo de nuevo por delante en el marcador cuando parecía que peor estaba en Bidasoa. Fue ese fatídico momento cuando los árbitros excluían con dos minutos al lateral izquierdo, el hombre del partido. Con ventaja en el marcador (20-19), el Teucro optaba por arriesgar en ataque y atacar sin portero para conseguir la igualdad numérica de jugadores de campo, cuando el equipo sufrió dos pérdidas de balón consecutivo que acabaron con dos tiros de portería a portería que no encontró oposición alguna. Golpe en el marcador del Bidasoa, que le daba la vuelta al marcador y golpe anímico a un Teucro que le perdía la cara al partido.

A partir de este momento, el Bidasoa tiró de experiencia y supo administrar mejor los tiempos, tanto que coqueteó con cierta permisividad de los árbitros con el pasivo, para incluso ampliar la ventaja y castigar a un Teucro que mereció más.