El entrenador del Pontevedra lamenta que "nos faltó nada para la remontada, pero tenemos que quedarnos contentos porque tal y como nos fuimos al descanso el partido estaba muy complicado". En este segundo tiempo "hemos sacado carácter, la agresividad que necesitábamos para darle la vuelta y el trabajo y el esfuerzo de los chicos ha sido fenomenal", destacó el míster, quien en el descanso dijo a sus jugadores que "si tenemos que morir moriremos de pie" y que "había que esforzarse porque no nos quedaba otra".

El partido se remontó, explicó Luismi "con pundonor, con esfuerzo; cuando el partido está tan complicado no queda otra", ya que se fueron al descanso con un resultado muy adverso "y para intentar igualarlo había que meter ritmo, intensidad y esa agresividad que hacía falta, y también confianza, porque igual que íbamos perdiendo cero a dos también podíamos hacer nosotros dos goles, o más, porque quedaban 45 minutos por delante, que confiaran porque había opciones", dijo a sus hombres.

En su análisis explicó que en la primera parte "nos faltó intensidad, agresividad, para que el Fabril cada vez que tuviera el balón no jugara tan cómodo, el juntarnos más, que no hubiese tanto espacio entre la línea nuestra y nuestro medio campo; estaba el equipo en ese aspecto desequilibrado y provocaba que hubiera desajustes y al final el Fabril estuviera cómodo y tuvieron el acierto oportuno y necesario para ponerse por delante en el marcador". Tras el descanso "quedaban 45 minutos por delante y había que levantarlo, el primero que tenía que demostrar que confiaba y que se podía levantar el partido era yo". Les pidió a sus hombres "que sacaran el carácter, el genio, todo lo que había que sacar porque fútbol tienen y solo nos faltaba lo otro". Del rival dijo que "esperábamos que hiciese un buen partido porque tiene buenos futbolistas y la clasificación no es real con la plantilla que tiene".