A punto estuvo el Cisne de empezar la liga dando un golpe sobre la mesa llevándose dos puntos de la difícil pista del Amenabar, pero la segunda parte, sobre todo los últimos 20 minutos, del partido se le atragantó y acabó sacando un empate a 25 que, visto con perspectiva, es muy valioso por el escenario en el que se logró.

El conjunto pontevedrés arrancó con mucha intensidad y mandó en el marcador desde los primeros compases, en los que llegó a tener una renta de cuatro goles. El Amenabar, empujado por su afición, se mantuvo en el partido y recortó distancias, pero no pudo evitar llegar al descanso tres goles abajo (12-15).

En el segundo tiempo, sin embargo, cambió el guión. El conjunto local empezó con mucha intensidad y antes de cumplirse los primeros diez minutos ya había devuelto las tablas en el marcador.

A partir de ahí, el encuentro se convirtió en un intercambio de golpes, con el conjunto vasco poniéndose por delante por primera vez en el minuto 47. El último cuarto de hora fue de alternancias constantes en el marcador, con ambos equipos con opciones reales de llevarse la victoria y emoción hasta el final.

A falta de algo más de tres minutos, el Amenabar hacía el 25-24. Poco más de un minuto tardó en empatar el Cisne por medio de Javier Vázquez. El marcador ya no se iba a mover y el choque finalizaba con reparto de puntos.

Visita del Barça B

Al Cisne le espera un complicado debut en casa con la visita del filial del Barça Lassa el próximo fin de semana (sábado, pabellón del CGTD, 18.00 horas). El conjunto pontevedrés intentará hacer bueno el punto que logró ayer en Zarautz logrando una victoria contra uno de los equipos con más talento de la categoría.

La juventud de ambas plantillas promete un encuentro con mucho descaro y vistosidad, los típicos partidos que gustan al público.