Usar los ahorros para crecer como deportista. Eso ha sido lo que, un año más, ha hecho el marinense Aarón González, que el pasado 25 de julio se marchó a Estados Unidos para pasarse 23 días en la "meca del boxeo profesional", donde compitió en veladas y entrenó contra varios de los mejores deportistas del mundo en su disciplina.

"Dentro de mi planificación anual intento buscar una zona de buen nivel de boxeo para estar allí unos días", explica Aarón, ya de vuelta en Marín, desde donde habla de la experiencia estadounidense.

González contactó con el vigués César Martínez, amigo de hace unos años que se fue a Estados Unidos para buscarse la vida en el mundo del boxeo. Él le recomendó que cruzase el charco y le buscó un entrenador, que finalmente acabó siendo Juan "El Panda" Martínez. Una persona del mundo del boxeo que se codeó con ilustres com Manny Pacquiao, Gabriel Rueda o Miguel Coto.

Así, bajo sus enseñanzas, González entrenó durante tres semanas en Los Ángeles y en Las Vegas, donde pudo hacer de "sparring" para varios de los mejores del mundo. "No desentoné contra ninguno. De hecho en muchas ocasiones los puse en aprietos y eso me genera mucha confianza en mí mismo. Me lo llevo para siempre", explica el marinense, que se encuentra entre los mejores de España pero dentro del amateurismo.

Pero al margen de los entrenamientos, Aarón también pudo comprobar de primera mano lo que se vive como protagonista de una velada estadounidense. "A nivel amateur se celebran en patios de colegio, pabellones grandes... Montan el ring, te asignan rival y a competir. Yo tenía el permiso de la Federación Española, pero como estas competiciones no están dentro del calendario, me dieron una licencia americana", expresa. Ganó varios combates. Pero asegura que lo más importante fue que sus actuaciones le hicieron sentirse "valorado". "Es una satisfacción", completa.

Pero más allá de un vendaje propio para competir (en España no hay especialistas que se lo puedan confeccionar) y la técnica de boxeo americana, que espera ir implementando a su estilo propio, más de contraataque, Aarón se queda con el factor humano. Cuando fue a Cuba, el pasado año, no recibió una hospitalidad tan grande como la que le habían generado sus expectativas. Sin embargo, en Estados Unidos coincidió con muche gente cercana y solidaria. "23 días dan para hacer amigos. Ahora mantenemos el contacto por redes sociales. Fueron muy cercanos conmigo", añade un deportista que se fue a hacer las Américas a pequeña escala temporal para crecer como boxeador y como persona.