El Teucro comenzó a entrenar la semana pasada, pero desde hoy contará con la presencia de Iago López Roel. El psicólogo pasará a formar parte del cuerpo técnico. Pontevedrés, licenciado en Psicología, cuenta con un gabinete en Padre Fernando Olmedo, su centro de trabajo cercano al Centro Galego de Tecnificación Deportiva, donde colabora con varias federaciones. El curso pasado ya entró en la dinámica del Teucro con el Plan Social Ence y este año se incorpora plenamente al equipo tras pasar por clubes como el Pontevedra y el Celta de Vigo.

- ¿Todavía siente que la figura del psicólogo en el deporte no está arraigada?

- Es un aspecto que cada vez se tiene más en cuenta. En los últimos años hemos experimentado un crecimiento en ese sector. La psicología deportiva está más en auge. Deportistas de élite, como Carolina Marín que acaba de ganar un Mundial, siempre ha trabajado con psicólogos.

- El psicológo siempre se ha asociado mucho a lo negativo. Pero entiendo que su trabajo va mucho más allá de solucionar problemas generados por crisis de rendimiento.

- Claro. Sí que se relaciona la psicología con problemas, pero por suerte empieza a cambiar en todos los ámbitos. Ya hay mucha gente que va al psicólogo para mejorar aspectos de su vida. En el mundo del deporte cada vez se ve más la psicología deportiva como entrenamiento mental. Lo que hacemos es abarcar el área de la mente, muy importante en el deporte. Yo a veces ayudo a un deportista a solucionar problemas de crisis de confianza o altos niveles de estrés, pero el grueso de mi trabajo es la mejora de rendimiento: entrenar la concentración, la confianza, la tolerancia a la frustración... Entrenar determinados aspectos que luego van a hacer que el deportista pueda marcar la diferencia en la competición.

- El deporte se basa mucho en el talento. Pero, cuando los recursos son limitados como en el caso del Teucro, ¿puede la mente ser un factor diferencial a la hora de ofrecer ese plus de rendimiento?

- Claro que sí. Hay entrenamiento físico, táctico, técnico y mental. Y cada uno vale un 25% del total, diría yo. Es tan importante como el resto. Un deportista, por muy bueno que sea, si no se lo cree, no va a ningún lado. El hecho de creer, relacionado con la confianza, es fundamental para que puedan salir las cosas. La psicología, el aspecto mental, sí se tiene en cuenta suma muchísimo en un equipo.

- Por lo tanto, podemos decir que el Teucro no necesitará a su psicológo solo en los momentos malos, sino también cuando las cosas vayan bien.

- Yo estoy con el Teucro desde el principio de temporada. Simplemente abarco el área mental. Quiero ofrecer a los jugadores herramientas para que puedan utilizar en los entrenamientos y en los partidos. La mente es una parte más que se entrena.

- ¿Cómo son esos entrenamientos?

- Lo vamos a enfocar de la manera en la que yo seré un miembro más del cuerpo técnico. Simplemente iré menos sesiones y de forma menos constante que el resto. Me reuniré con los entrenadores, iré a algunos entrenamientos para observar y, a partir de ahí, elaboraremos estrategias y sesiones que permitan a los deportistas tener más recursos psicológicos.

- ¿Qué tipo de ejercicios tendrán que hacer los jugadores?

- Será un trabajo integrado, no será siempre algo aparte. Haremos sesiones para mejorar la concentración, tolerar más la frustración, estar más metidos en los momentos finales de partido, a saber gestionar su confianza. Aportaremos aspectos psicológicos al entrenamiento real, incluyendo en ejercicios aspectos para mejorar diferente cuestiones como la comunicación en pista. Tener en cuenta focos de atención en los partidos o gestionar los pensamientos durante los encuentros. También habrá sesiones individuales y grupales que puedo hacer yo.

- ¿Los jugadores ya no tienen reticencias?

- No, para nada. Cada día está más integrada la figura del psicólogo deportivo. El Teucro el año pasado ya trabajó con un coach deportivo. Ya tienen esa cultura. De hecho, ellos también se acercan y preguntan dudas. Yo cada vez que voy soy un miembro más del cuerpo técnico.