Satisfacción. Ese es el sabor que dejó el primer encuentro de Pontevedra en las filas del Pontevedra. El equipo granate logró el pasado sábado un empate (1-1) ante el Real Sporting de Gijón en Avilés. Es decir, contra un equipo aún en formación, pero de superior categoría.

Pero más allá del resultado, positivo pero sin trascendencia, se imponen las sensaciones. Y estas son positivas. Porque con apenas ocho sesiones de entrenamiento, el nuevo Pontevedra supo plasmar en el estadio Román Suárez Puerta los preceptos sobre los que Luismi y su cuerpo técnico ha insistido en el inicio de la pretemporada.

El técnico vigués se ganó la oportunidad de continuar en el club después de haber logrado la salvación y ha iniciado el verano decidido a apostar por un modelo de juego diferente al que ha imperado en el Pontevedra en los últimos años. Al menos, con balón. Vértigo sí, pero en el último tramo del campo. La paciencia a la hora de construir no debe estar reñida con la necesidad y el objetivo de llegar a la portería rival. Y para establecer estos preceptos, ha comenzado desde el principio: entrenando la salida de balón por abajo y la presión tras pérdida. Dos cuestiones que el equipo plasmó con acierto ante el Sporting.

el 4-3-3, base

4-3-3 o 4-2-3-1 (como empleaba en el Juvenil A). Esos son los dos esquemas predilectos del entrenador. El club ha apostado por firmar futbolistas en torno a esos dibujos y Luismi cuenta con puestos doblados a lo largo de casi todo el campo. En el Suárez Puerta, el equipo pontevedrés puso en práctica el primero de estos dibujos, con Berrocal, de inicio, y Mouriño, después, ejerciendo de segundo volante para completar el centro del campo de tres junto con Álex Fernández, Jesús o Kevin Presa. Luismi piensa en Mouriño y Romay, que anteayer no jugó por estar tocado, como mediapuntas, pero también como centrocampistas puros. De momento, los tres centrales no son una opción. No obstante Luismi acabará trabajando el sistema para situaciones puntuales.

berrocal, al medio

Llegó como delantero referencia. Pero a lo largo del pasado curso, Luismi le fue haciendo hueco en el equipo cada día más atrás. Jesús Berrocal mostró su polivalencia y el sábado ejerció como volante, una posición habitual para él sobre todo en los encuentros de Copa Federación. Luismi entiende que en él tiene una pieza para cubrir un hueco tanto en el centro del campo, como en la segunda línea y también en la delantera.

león, de central

Ha entrenado como defensa durante todos estos días. Y a día de hoy sus mayores opciones de jugar están ahí. Adrián León parte como central para un Luismi que no anda sobrado de efectivos en el eje de la zaga. Ante el Sporting, el cántabro formó pareja con el canterano Pacheco y ofreció, sobre todo, buena salida y poderío por alto.

sin profundidad

El ataque fue el principal debe del equipo ante el Sporting de Gijón. Si el Pontevedra funcionó bien a nivel defensivo y logró poner en práctica los mecanismos trabajados en la salida de balón, no se puede decir lo mismo de la generación de fútbol ofensivo. En Avilés el bloque lerezano careció de la profundidad necesaria para generar problemas al Sporting. El bagaje fue de apenas tres ocasiones, dos de ellas a balón parado. Nada que preocupe en el seno granate, ya que el equipo todavía no ha trabajado ejercicios en esa fase del juego.