David Castro (Cuntis, 1995) llegó sin hacer ruido al Pontevedra. Procedente del Céltiga, el zaguero preveía un papel secundario en un equipo llamado a estar arriba. Sin embargo, el defensor de todavía 22 años fue adquiriendo cada vez más responsabilidad. Las lesión de Jimmy le dio la oportunidad en el lateral zurdo y las bajas en el centro de la zaga obligaron a Luismi a improvisar con él como central. Y el resultado fue acertado. David Castro se asentó y acabó siendo siendo un jugador importante, con 22 partidos en su haber.

- Hace unos días, el club anunció su renovación. ¿Se esperaba continuar y que el acuerdo se cerrase relativamente rápido?

- Yo me quería quedar e intuía que contaban conmigo por algún comentario en los últimos meses. Notaba que confiaban en mí. Cuando acabó la temporada, el Pontevedra era mi primera opción y todo fue muy fácil. Las dos partes queríamos lo mismo.

- Este curso deja de ser sub-23. ¿Le produce más responsabilidad la situación?

- Precisamente por eso mismo estoy más agradecido. Es una muestra de confianza. Pero creo que al final los sub-23 son uno más de la plantilla y tienen que aportar. Hay jugadores con estas fichas que son importantísimos y otros senior que no tienen años buenos. Al final todos tienen que importar lo que puedan. No creo que produzca más responsabilidad.

- Estoy seguro de que cuando fichó no esperaba una temporada así, con tanto desgaste mental por una situación tan comprometida.

- El desgaste mental nos acabó pasando mucha factura. Estábamos todos al límite. Tienes la oportunidad de salir, no sales? Es complicado salir de ahí y más cuando no estábamos hecho para eso.

-Después de una mala temporada, ¿tiene lógica apostar por una continuidad de la mayoría de la plantilla como parece que quiere hacer el club?

- Este año las cosas vinieron mal dadas. En otra temporada y con otras circunstancias, pero con el mismo equipo, la clasificación sería otra. De una temporada a otra siempre tiene que haber cambios, pero creo que es importante apostar por la continuidad. Si cada año haces un equipo de 15 jugadores nuevos no es fácil acoplarse y eso es un hándicap. Dar un grado de continuidad es positivo. Para mí, la plantilla de este año no era tan mala como se decía

- Les lastró mucho el mal inicio.

- Arrancamos la temporada con un mal sabor de boca. Empiezas a rastras y te metes en esa dinámica. Ves que era un equipo llamado a estar en play off y las posiciones de arriba se te empiezan a alejar. Intentas ganar sí o sí, como sea, para no perder más distancia. Y entonces te agarrotas más mentalmente y a partir de ahí es muy complicado salir de ahí abajo. Se demostró porque hubo otros equipos que no salieron.

- Después de esta temporada, ¿cuál tiene que ser el objetivo?

- Fue un año de muchísimo aprendizaje para todos. El objetivo se marcará en función de la plantilla. El club marcará un objetivo y nosotros, desde dentro, también. Debemos pensar en buscar los puntos necesarios para no pasar apuros. Una vez que se consigan, intentar mirar para arriba todo lo que se pueda. No debemos ponernos techo. Pero lo primero es no establecer objetivos demasiado altos porque nos vendrá bien mentalmente. Obviamente, el Pontevedra nunca puede luchar por la permanencia. Pero ponernos ya el objetivo de play off sí o sí igual no es beneficioso. No estoy diciendo que no se pueda luchar por estar entre los cuatro primeros, que creo que sí. Solo sé que esa etiqueta no es buena.

- ¿El no establecer claramente un objetivo es una forma de intentar evitar lo que pasó este curso?

- No podemos meternos presión antes de empezar la liga sin tan siquiera tener la plantilla hecha. Este año quedaron arriba el Rayo, el Fabril, el Rápido, el Navalcarnero? equipos sin presión que tienen un plus. Obviamente el Pontevedra tiene que ganar siempre por historia. Pero debemos ser listos y usar nuestras armas para que no vengan en nuestra contra.

- Pero entiende que antes de empezar la temporada, la gente quiere saber por que objetivo se va a luchar.

- Obviamente. Y la gente tiene que saber que todos partimos con la máxima ambición. Pero hay que ser coherentes e ir poco a poco. Tú no puedes llegar a una empresa como el empleado más bajo y querer ser el director en pocos meses. Tendrás que ir paso y creciendo.