Mayte Méndez, la responsable de dirigir a este conjunto de auténticas currantes, no puede estar más orgullosa de las personas con las que convive en ese otro lado de la moneda de su vida. "El que haga un estudio en mi equipo se quedaría flipado y eso no lo ve nadie. De lo que más orgullosa me siento es que todas han hecho su carrera estando ya en el club, y con nota, porque son gente de sacar buenas notas", comenta la entrenadora, que además insiste en que en las generaciones que vienen por detrás jugando en el filial Mafari Café se está predicando también con el ejemplo de lo que tienen por encima.

La preparadora del conjunto verde defiende además al deporte como sistema para auto disciplinarse y rendir más en lo académico. "Hay alguna jugadora que cuando llegó al club era un desastre estudiando y, con mucha voluntad también por su parte, nosotras le hemos ayudado y animado para que acabase sacando un ciclo medio y un ciclo superior. Ahora ya está trabajando desde el año pasado", comenta. Méndez saca también pecho por la calidad de las estudiantes que tiene en las categorías inferiores y reivindica que "en el junior, todos los años desde hace cinco temporadas, tenemos algún premio extraordinario".

La fuga de talento también afecta a las arxilistas. El club no solo tiene que intentar convencer a sus buenas jugadoras para que no acepen ofertas de otros clubes, sino que también las oportunidades laborales y, sobre todo, la oportunidad de formarse fuera de Galicia le restan efectivos cada verano. Así no es raro que algunos de sus jóvenes talentos dejen el equipo cada final de temporada al salir fuera por motivos de estudios o por no ser capaces de compatibilizar el deporte de alto nivel con las horas necesarias para progresar en su vida académica.