Empate de locos en tierras madrileñas (23-23) entre Alcobendas y Cisne. Los de Jabato no se arrugaron ante el líder y redujeron una desventaja de cuatro goles al descanso para rozar una victoria que se les escapó en los últimos segundos.

Comenzó muy metido en el partido el Cisne, dispuesto a vender cara la derrota ante un líder que no se terminaba de encontrar cómodo en el ataque posicional para dominar en el juego y depositaba sus esperanzas en la fortaleza defensiva para lanzar después rápidas y efectivas transiciones.

Casares y Tolmos, que volvía a la que fue su casa y por momentos se mostró algo precipitado, trataban de guiar el juego pontevedrés, que encontraba en el pivote Dani Ramos y el guardameta Pablo Galán sus mejores armas. El Cisne aguantó en la primera parte lo que le duró el fuelle. En el tramo final de los primeros 30 minutos, los visitantes perdieron algo en las rotaciones y el Alcobendas lo aprovechó para poner una distancia máxima de 4 goles (13-9) con la que se llegó al descanso.

La segunda mitad siguió un guión inverso al de los primeros minutos. El Cisne se vio incapaz de reducir distancias hasta bien entrado el tramo final de encuentro y, en un atasco enorme de Alcobendas en ataque, los de Jabato pusieron toda la carne en el asador para recuperar la emoción y, reducir distancias primero (19-18) y empatar después (21-21) a falta de cinco minutos.

Al final resurgió la figura de Pablo Galán. El meta cisneísta, que venía de parar dos 7 metros consecutivos, fue fundamental bajo palos en los momentos calientes y Casares y Álex Pombo hicieron soñar al Cisne con la victoria. Pero finalmente Alcobendas hizo valer su condición de local para, tras tiempo muerto, anotar la jugada decisiva a través de Manuel Catalina.