Tras semanas moviendo piezas y piezas sin encontrar un sistema que termine de asentarse en el Pontevedra, Luisito decidió regresar el domingo al sistema de comienzo de campaña para frenar la sangría de goles en contra. Los granates regresaron a un sistema de tres centrales que no terminó de consolidarse tras la pretemporada y con mucha presencia de centrocampistas implicados en tareas defensivas.

Defensivamente el equipo no hizo un mal partido, ya que el Navalcarnero apenas consiguió generar fútbol y sus acercamientos fueron contados. El gol llega a balón parado y de una forma poco ortodoxa como es el "gol olímpico". Otra historia es lo que ocurrió en ataque, donde los de la capital del Lérez acumularon error tras error e hicieron poco menos que balón de oro al meta visitante. Faltó ese penalti con el que casi se cuenta en todos los partidos en casa y que hubiese servido para llevarse un encuentro que se resolvió con dos goles en propia puerta, aunque el colegiado en el acta arbitral dé el tanto del Navalcarnero a Ónega desde el saque de esquina.

Centrocampismo

Si algo llamó la atención en el partido del domingo, eso fue el once escogido por Luisito. En un esquema de tres centrales y dos carrileros, únicamente uno de los cinco jugadores que deberían estar más pendientes de trabajar en la parcela defensiva, era defensa puro. Luisito optó por extremos en banda y mediocentros con experiencia atrás para jugar de centrales junto a Bruno. El hueco en el centro del campo que dejó el retraso en la posición de Kevin Presa lo ocupó de nuevo Álex Fernández, quien en este sistema es muy útil por su gran desplazamiento en largo para abrir el campo.

Ausencias

La otra cara de la moneda cuando un jugador de medio campo retrasa su posición es la suplencia de un jugador específico en el puesto. La revolución en el once tuvo tres claros damnificados. Los laterales Miguel Ángel y David Castro, titulares en Talavera de la Reina y en semanas anteriores, vieron todo el partido desde el banquillo. El tercer perjudicado fue el defensa central Víctor Mongil, otro de los titulares en la derrota de hace dos jornadas. La duda ahora es si, de mantener el sistema actual de tres centrales, el regreso de Goldar tras cumplir sanción haría a Kevin Presa regresar al centro del campo en detrimento de Álex Fernández. Las ausencias por decisión técnica, especialmente la de Mongil, pueden ser un claro mensaje de cara a la más que probable revolución de plantilla que se espera en el mercado invernal. En el Pontevedra no están contentos con la defensa y esta tiene todas las papeletas para experimentar cambios dentro de dos meses cuando puedan empezar a llegar refuerzos al equipo.

Extremos en defensa

Lo habitual es pensar que es más fácil que un defensor sea buen atacante a que un delantero desempeñe con soltura las actividades defensivas durante los 90 minutos. El Pontevedra probó esta primera variante a comienzo de campaña con el sistema de tres centrales, pero no consiguió la profundidad necesaria por las bandas para acumular efectivos arriba. La estrategia para Navalcarnero fue otra; alinear a dos extremos como carrileros y ganar en presencia arriba con la llegada de dos futbolistas de vocación ofensiva. Tanto Álex González como Marcos Álvarez completaron el partido completo y cuajaron un más que digno partido a pesar de que por momentos sí se notaba que tenían ciertas carencias defensivas, lógicas por otra parte.

Puestos calientes

El empate no deja contento a nadie, más cuando se generaron ocasiones suficientes para ganar. El punto conseguido solo ha servido para no estar en puestos de descenso al término de la jornada 14, pero el Pontevedra tiene los mismos 15 puntos que equipos que ahora mismo están en esos puestos calientes. Toledo, Pontevedra, Coruxo, Rácing de Ferrol y Guijuelo están ahora mismo ahí abajo con los mismos puntos. Los granates se desplazan esta semana a Salamanca para enfrentarse precisamente contra estos últimos.

Apoyo en la grada

En las gradas de Pasarón primó más la imagen que el resultado. El público supo reconocer y agradecer el esfuerzo a sus jugadores en un momento muy complicado del año. Apenas cuatro pitos aislados en la salida de los futbolistas previa al partido y una sonora ovación tanto a la despedida del choque como a la llegada de Luisito al banquillo, el cual quiso agradecer en rueda de prensa todo el cariño que la afición le profesa.