La Copa del Rey, lejos de convertirse en el bálsamo que el Pontevedra necesitaba para comenzar a coger confianza en este más que negativo comienzo de temporada, solo ha servido para que a Luisito le aumente el dolor de cabeza y el equipo meta más el dedo en la yaga de un bache futbolístico que parece cada vez más profundo.

En Segovia fue nuevamente la imagen, por encima del resultado, lo que más dañado sale para los granates. El equipo volvió a parecer frágil y carente de esa intensidad que siempre le ha caracterizado desde que el técnico de Teo desembarcó en la ciudad del Lérez.

No en vano, la Copa no es precisamente la competición fetiche de este Pontevedra. Aunque para un equipo de Segunda B este torneo del KO es poco más que un premio y una manera de obtener un buen pellizco económico del reparto televisivo (el Boiro se llevó este año 12.000 euros por caer eliminado en primera ronda), la ilusión de la afición se dispara toda vez que la posibilidad de ver a un Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid o Sevilla está sobre la mesa una vez se consigan superar las tres eliminatorias contra rivales de la misma categoría o incluso de Tercera.

La ilusión del club era la de llegar a estas rondas toda vez que ofrecían un carnet de socios especial en el que incluía la Copa del Rey y el play off de ascenso de forma adicional sin necesidad de tener que retirar una entrada a mayores.

Pero la competición copera no se está dando especialmente bien en la ciudad del Lérez, que hace diez temporadas que no ve a su equipo ganar un partido o pasar una eliminatoria. El último triunfo fue en la campaña 2007-2008, contra el Real Zaragoza de los Ayala, Ricardo Oliveira o Sergio García. El equipo maño sucumbió en Pasarón por 1-0 tras un tanto del argentino Víctor Ormazábal. Más tarde remontarían en la Romareda. Para llegar a esta ronda de dieciseisavos de final los entonces hombres de Xabi Gracia dejaron por el camino a Alcalá, Cartagena o Puertollano.

Tras esto, una larga travesía de una década en la que el club pontevedrés acumula ya hasta cuatro tropiezos consecutivos en la primera de las rondas coperas. En casi todas ellas, eso sí, el sorteo no ha favorecido a los granates ya que tuvieron que jugar el choque a partido único lejos del calor de su público. Real Oviedo (2-0, campaña 2008-2009), Gudalajara (0-1 en Baltar en la 2010-2011) y Guijuelo (1-0 en la 2015-2016) son los antecedentes de esta última derrota en Segovia de la que el Pontevedra solo tiene el consuelo de evitar un largo e incómodo viaje a Marbella la próxima semana.