Un verano más, entrenador y dirección deportiva han buscado un perfil de futbolista con unos números y características que ayuden a sumar un buen puñado de goles a final de temporada. El fútbol se basa en anotar y pese al trabajo táctico, sacrificio o equilibrio defensivo, el éxito pasa por acertar ante la portería rival.

El curso pasado, el Pontevedra tuvo un problema con un gol cuando Mario Barco no estaba en el campo. Y fue un mal que se reprodujo tras la primera campaña en Segunda B, cuando apenas Borjas aseguraba tantos. El rendimiento del canario cayó en la segunda vuelta y con él, el del Pontevedra.

Por ello, hace año, el club trató de firmar futbolistas de segunda línea capaces de aportar gol. Álex González o David Añón llegaron con unas buenas cifras y aunque rindieron a buen nivel, no fueron capaces de reproducir esa producción anotadora con la camiseta granate.

Ahora, a orillas de una nueva temporada, una de las obsesiones del cuerpo técnico granate es encontrar las fórmulas para que el gol no dependa tanto del acierto de los delanteros centros natos. Y de momento, en esta pretemporada, lo está consiguiendo.

A día de hoy, el Pontevedra ha disputado 270 minutos de juego repartidos en dos partidos completos y dos encuentros de 45 minutos en el Triangular del Carneiro ó Espeto. Y en ese período de tiempo ha sido capaz de anotar cuatro goles, teniendo en cuenta que la mayor parte de los minutos ha tenido enfrente a un equipo de superior categoría.

Pero si la capacidad goleadora no está siendo un problema en los amistosos, quizá es mejor noticia que las dianas se han repartido entre cuatro autores diferentes. Jon Etxániz, Carlos Ramos, David Añón y Jorge Hernández han sido los encargados de perforar la meta rival en esta pretemporada. Y todos, salvo Ramos, son futbolistas de ataque que, si bien puerta con asiduidad en liga, permitirán al Pontevedra estar más arriba.

Jon Extániz fue el primer futbolista en estrenarse en esta época de preparación. Después de no haber podido superar a los superiores defensas del Deportivo de La Coruña en el Trofeo Luis Otero, el vasco tardó 10 minutos en demostrar sus dotes como delantero, al aprovechar un pase de Lezcano ante el Coruxo. En ese mismo encuentro de 45 minutos, Carlos Ramos sería el encargado de marcar el segundo tanto aprovechando un rechace de Sergio tras una buena jugada colectiva.

Contra el Arosa, también en Moraña, llegó el tercer tanto, obra de un David Añón que aprovechó para presentar su candidatura a nuevo lanzador de penaltis del equipo tras la marcha de Bonilla.

Ya por último, Jorge Hernández aprovechó sus minutos como delantero referencia junto a Lezcano ante el Sporting de Gijón para demostrar que también tiene olfato de gol. El zamorano domó con un control orientado un gran pase de Álex Fernández y puso el balón lejos del alcance de Mariño. Fue una muestra más de que, en los partidos de prueba y a falta de otro delantero centro, el Pontevedra reparte su gol.