Más allá de la rivalidad que les separa, la fluctuación de jugadores entre Pontevedra y Celta ha sido una constante desde siempre. Y esa tendencia se ha ido acentuando en los últimos años, pero prácticamente en sentido unidireccional de sur a norte. Porque desde la pérdida de capacidad económica por las malas gestiones del pasado reciente, el equipo granate ha tenido que dejar de mirar lejos de las fronteras autonómicas en beneficio de la captación de futbolistas de la zona.

Prueba de ello es que, una temporada más, buena parte de la primera plantilla del Pontevedra tendrá en común un pasado en la cantera celeste. Algunos con una trayectoria más dilatada y otros con pasos más fugaces, lo cierto es que Luisito cuenta a día de hoy con cinco futbolistas en nómina que saben lo que es entrenarse en A Madroa.

Son los casos de Edu Sousa, Álex Fernández, Adrián Mouriño, David Añón o el recientemente fichado David Goldar. De ellos, el último es el que consiguió llegar más lejos con la elástica del equipo olívico, ya que logró debutar en el primer equipo. De la mano de Luis Enrique, el zaguero se estrenó en Primera División en un encuentro ante Osasuna, en la temporada 2013-2014. Dos cursos después, ya con el Toto Berizzo en el banquillo, el de Portas se jugó como titular en el que ya fue su último partido con el primer equipo, ante el Rayo Vallecano.

En su momento, David Goldar era una de las más firmes promesas de la cantera celeste. El de Portas fue el capitán del equipo Juvenil que quedó subcampeón de España, en una generación de la que sobresale Santi Mina, Yelko Pina o los todavía célticos David Costas y Borja Fernández.

Mientras, otros como Adrián Mouriño o Álex Fernández también llegaron al filial desde las categorías inferiores. Mouriño jugó dos años en Segunda B con el Celta B, en los que disputó 61 encuentros antes de abandonar la casa celeste. Fernández disputó tres campañas con el filial, la última de ellas coincidiendo con el mediapunta porriñés, del que ahora sigue siendo compañero tras también coincidir posteriormente en el Ourense.

Edu y Añón, particulares

Por su parte, los casos de David Añón y Edu Sousa son mucho más particulares. El portero militó en el Celta durante un breve período en su etapa de formación. También formó parte de clubes en la base como el Areosa, el Atlético de Madrid o el Deportivo de La Coruña. Sousa nunca llegó al Celta B, aunque sí compitió tanto en los filiales de Dépor como de Pontevedra.

El caso de Añón fue contrario. Tras formarse en la cantera del Deportivo, con el que llegó a debutar en Primera de la mano de Miguel Ángel Lotina, pasó al Albacete antes de firmar por el Celta B en 2012, con 23 años. En el filial celeste jugó dos temporadas (70 partidos y 14 goles).

Ahora, los ocho huecos disponibles en plantilla permiten pensar que el número de jugadores con pasado celeste con los que cuente el Pontevedra de cara a la próxima temporada puede verse incrementado. A día de hoy, más de un tercio del vestuario es excéltico. A los cinco actuales se les podría sumar alguno más y alcanzar, sino superar, los seis del pasado curso.

En la temporada 2016-2017, Luisito contaba con dos efectivos a mayores criados en A Madroa. Eran los casos de Capi Calvar y Miguel Loureiro. El central vigués formó parte del Celta B a comienzos de siglo antes de dar el salto al Zaragoza, con el que debutó en el primer equipo. Por su parte, Miguel destacó en el Bergantiños sénior siendo juvenil, lo que llamó la atención del Celta. Sin embargo, los entrenadores no le dieron la opción de dar el salto al filial y acabó firmando por el Pontevedra B para convertirse en un indiscutible del primer equipo.

Retroceso

Pero si el curso pasado la cifra fue de seis, hace dos el número fue de 10. Con la base del equipo que ascendió a Tercera, el Pontevedra disputó la temporada de regreso a Segunda B con una plantilla en la que casi la mitad de sus futbolistas sabían lo que era vestirse la zamarra del eterno rival. De aquel entonces todavía se mantienen en el equipo el capitán Edu, así como Adrián Mouriño y un Álex Fernández que llegaba del Coruxo.

El resto eran futbolistas que ya no están vinculados a la entidad granate. Como los vigueses Alberto Campillo, Pablo González, Pedro García y Pablo Carnero o el pontevedrés Tomás Abelleira. De ellos, tan solo Campillo y Pedro lograron llegar al segundo escalón del Celta e incluso estuvieron cerca de debutar en partido oficial con el primer equipo.

Por su parte, Pablo González abandonó la cantera celeste en juveniles para firmar por el Villalonga previo paso a su etapa como granate. Pablo Carnero se formó en su adolescencia en el Celta, club que abandonó a los 18 años para firmar por el Real Madrid. Por último, Tomás Abelleira pasó su formación ligado al AJ Lérez y al Pontevedra, pero llegó a militar en el Celta antes de ser juvenil de último año.

Haz click para ampliar el gráfico