El Pontevedra CF ha decidido recurrir ante el Juez Único de Competición de la RFEF las amonestaciones a los jugadores Miguel Loureiro y Javier Bonilla. El primero fue sancionado con tarjeta roja directa en el partido disputado el domingo en Pamplona, mientras que el segundo fue amonestado con una cartulina amarilla.

La tarjeta roja que Miguel vio en el Tajonar es la segunda consecutiva que le enseñan a un jugador granate en las últimas dos jornadas tras la expulsión, también de forma directa, de Bruno en el cruce ante el Valladolid B.

Los granates no eran castigados con expulsión en dos contiendas de forma sucesiva desde la primera y segunda jornada de la temporada pasada, cuando Capi y Carnero no acabaron sus partidos ante Guijuelo y Cacereño, respectivamente.

Con la de Miguel ya son cuatro las expulsiones que el bloque de la ciudad del Lérez sufre este año. El joven Loureiro se une así a la lista de Jacobo Trigo, Capi y Bruno. Palencia, Arandina y Caudal de Mieres son actualmente los clubes más castigados de la liga en este aspecto con nueve tarjetas rojas cada uno.

La sanción que acarrea esta expulsión tendría además doble peligro. Y es que al ver Bonilla la décima tarjeta amarilla, se verá obligado a cumplir ciclo de tarjetas el próximo domingo ante el Tudelano, dejando a Luisito con Adrián Gómez como el único lateral puro disponible para las dos posiciones en los flancos defensivos. Bonilla no se entrenó ayer junto a sus compañeros al gozar de un día libre extra para ver a su familia.

Refuerzo en la derrota

La nueva ausencia por lesión de Mario Barco para el partido del Pontevedra ante el Osasuna B monopolizaba todas las preocupaciones de la afición en recuerdo del profundo bache de resultados y gol que los granates sufrieron ante su última lesión de tobillo.

Pero el Pontevedra demostró en el Tajonar tener esa fase de la temporada más que superada. Aunque el resultado fue de derrota y se puso fin a una senda triunfal que se prolongó durante tres semanas, el equipo salió del encuentro reforzado pese al tropiezo.

Esta jornada la principal penalización de los lerezanos no estuvo en las ausencias, sino en los castigos. Los hombres de Luisito estuvieron muy cerca de sacar un punto de un campo complicado y con un hombre menos. El esfuerzo de la plantilla pontevedresa fue importante al verse en inferioridad numérica por más de 75 minutos. Aun así, los de Pasarón terminaron volcados arriba en busca de un empate que rozaron en un cabezazo de Portela.

Otra de las notas positivas del duelo fue la del tanto de Bonilla, que se suma a los dos de la pasada semana de Kevin Presa para dar carpetazo a las dudas de cara a gol que pudiesen existir acerca del Pontevedra cada vez que no cuentan con la presencia de su pichichi, Mario Barco. Con su tanto Bonilla sumó además su sexto gol de la temporada, consolidándose como el segundo máximo goleador del equipo y como el defensa con más gol del grupo I de Segunda División B.

La derrota no esconde además consecuencias negativas en la clasificación, pues con una jornada menos por disputar (ya solo quedan ocho) la tabla apenas arroja cambios. Los resultados de esta trigésima fecha tan solo han permitido al Valladolid B acortar distancias con el Pontevedra y recuperar la quinta plaza en detrimento de una Ponferradina que cayó en su estadio ante el Palencia. El Pontevedra le quita ahora mismo seis puntos más golaverage al quinto clasificado y siete a una Ponferradina que ahora es sexta.