Uno de los grandes atractivos del deporte y, por ende, del fútbol es que la lógica tiene poca cabida. Un ejemplo de ello es lo que le está sucediendo al Racing de Ferrol. El equipo departamental, que cumple la cuarta temporada consecutiva en la categoría tras retornar desde Tercera, aspiraba a volver a pisar puestos de play off de ascenso un año más. De hecho, en la ciudad del norte de Galicia incluso se hablaba de que la ambición debía ser mayor y sobrevolaba la idea de ascender o, al menos, quedarse más cerca de la categoría de plata que en las ocasiones anteriores.

Sin embargo, la escuadra verde parece no haberse recuperado de la depresión en la que quedó sumido el 15 de mayo del 2016, cuando, con todo a favor, perdió el título en Astorga (2-1) y con él, la opción de ascender en una sola eliminatoria. Luego llegó el Cádiz, cuarto, y a los 20 minutos del partido de vuelta había sentenciado la eliminatoria en A Malata.

Desde entonces, todo ha sido declive en Ferrol. Mimetizado con la lenta cuesta abajo en la que la ciudad entró desde hace años por la crisis y golpeado por el fallecimiento de su ilustre presidente, Isidro Silveira, el Racing no levanta cabeza y confía en salvar la temporada para poder plantar una nueva semilla de la ilusión en verano.

Pero antes, tendrá que evitar un descenso que sería catastrófico para un club que tiene uno de los siete presupuestos más altos del grupo. El dinero no da la felicidad. El proyecto de Michel Alonso, un técnico de la casa, no funcionó por falta de resultados y de tiempo. Su equipo cosechó nueve puntos en nueve jornadas y la paciencia tocó a su fin. Tan solo cuatro meses después, Tena confirmó su regreso a un equipo que lo había desechado tras la debacle de final de temporada.

Reacción a medias

Catorce jornadas más tarde, el equipo ferrolano sigue a un solo punto del play off de permanencia, aunque con el encuentro aplazado contra el Palencia todavía pendiente. Tras unos comienzos difíciles en los que Tena llegó a decir que "la calidad de la plantilla es justa", el cuadro departamental pareció reaccionar con varias goleadas en A Malata. El 5-2 contra el Coruxo y el 4-0 al Caudal semejaba el punto de partida adecuado para un equipo que llegó a asomarse como séptimo, pero el bloque verde no ha alcanzado en ningún momento la regularidad necesaria.

Ahora, con cuatro bajas en invierno (Velayos, Álex Felip, Julio Delgado y Sergio Martín) y cuatro altas (Sergio De Paz, Gonzalo, Laro Setién y Mendi), Tena busca encontrar una estabilidad necesaria para salir del fango y acabar la temporada en una zona tranquila.

Para ello, deberá recuperar la mejor versión de sus grandes referencias como Joselu que acumula 12 goles, aunque no ha rendido con la continuidad necesaria, Dani Benítez o David Bandera.