"Evidentemente que es un palo muy duro..., duro no, durísmo", reconocía ayer el técnico granate, Luisito. "Perder cuatro a cero en casa claro que duele y si dijera lo contrario mentiría", añadió el entrenador del Pontevedra con su habitual sinceridad. Tampoco le dolieron prendas al reconocer que el rival fue justo vencedor, aunque quizá el resultado fue un castigo excesivo para los locales: "La diferencia estuvo en que, aunque pudimos preparar el partido muy poco por los problemas que surgieron en la semana, lo que trabajamos nos salió muy bien durante durante los primeros 22 minutos, pero la jugada del penalti nos mató y le dio mucha vida a ellos". "Después en los duelos individuales hay que reconocer que sobre todo en la primera mitad fueron mejores y a partir de ahí yo no puedo objetar nada", añadió, "ganaron, hay que darle la enhorabuena, fueron mejores que nosotros y aunque pienso que el resultado fue muy abultado para lo que se vio hoy en el campo sí hay que reconocer que fueron mejores".

Luisito, como es habitual, también salió en defensa de sus jugadores porque además cree firmemente en ellos y que lo dieron todo en el campo: "Hay que levantarse y un equipo mío nunca da un paso atrás ni va a bajar nunca en la cabeza y por eso en la segunda mitad pues contra otro equipo igual el Celta B hubiese ganado cero a seis o a siete pero sin embargo, el equipo compitió, como auténticos campeones". Aseguró que la goleada encajada "no nos puede hacer daño, hay que levantarse y pensar que ahora mismo los futbolistas están en una posición muy buena, tienen un mérito tremendo por estar donde están y este resultado no les puede afectar". En este sentido también confió en que el grupo no se vendrá abajo dado que "los futbolistas cobardes y cagones conmigo no van a estar, y yo tengo a 21 valientes".

"Cuando tú tienes un grupo de futbolistas que da el 200%, que se matan y se desviven y tratan por todos los medios lo que tú les dices, pues poco les puedo recriminar" y más cuando "en frente teníamos a futbolistas de muchísimo nivel para esta categoría", declaró.

"Los primeros 20 minutos competimos muy bien y la jugada del penalti fue la clave del partido", un lance polémico en el que, Luisito, también se mostró sincero y reconoció que, a falta de ver las imágenes, sí le pareció pena máxima. "A partir de ahí, los jugadores inconscientemente se fueron del partido 10 o 15 minutos y lo pagaron muy caro", explicó. "Hasta el penalti el partido estaba superequilibrado"; añadió.

Sobre la sequía goleadora del Pontevedra reconoce que "cuatro partidos sin meter un gol a mí es lo que realmente me fastidia porque este equipo no es solo Mario Barco, evidentemente no es solo responsabilidad de Mateo meter goles" y recordó que "hay otros jugadores que tienen gol y así lo demostramos en la primera vuelta". "No se nos va a olvidar de un día para otro meter gol, lo que pasa que estamos en esta dinámica lo único que vale es trabajar, trabajar, trabajar y trabajar, hablar no vale para nada y llegará un momento en el que volverá a entrar porque el equipo no está muerto y recordó que ahora tiene solo dos puntos menos que en la primera vuelta", indicó.

Reconoce que uno de sus objetivos era hacer una presión alta sobre la primera línea de pase del rival para evitar que llegasen los balones a Borja y a Hicham" porque sino no hay quien los pare". "Al principio lo hicimos muy bien pero el penalti lo decantó todo". "Podíamos habernos echado más atrás", reconoció "pero el equipo no está entrenado para eso", finalizó.