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Segundas partes sí son buenas en el Lérez

El Pontevedra ha consumado siete de sus nueve victorias en casa tras haber llegado con empate al tiempo de descanso - El equipo granate alcanza el final de los partidos mucho más fresco que sus rivales

Jugadores del Pontevedra celebrando uno de los goles conseguidos en la segunda parte ante el Lealtad. // G. Santos

El guión de los partidos del Pontevedra está demostrando tener la estructura de introducción, nudo y desenlace de la mejor película de suspense. Los granates se han acostumbrado a poner emoción a sus citas ligueras en casa con un giro inesperado de acontecimientos en el que cada duelo espera casi siempre a resolverse hasta el segundo acto.

Y es que aquel que dijo aquello de "segundas partes no son buenas", se da por seguro que no ha acudido a Pasarón esta campaña para animar a los granates. El estadio lerezano está siendo sinónimo de victorias en este curso. Nueve de nueve y cifras récord que hacen recordar a los años 80 en Tercera gallega en los que los pontevedreses arrasaban en la competición doméstica para después pasar los apuros en la posterior fase de ascenso.

De las nueve victorias cosechadas en casa este año, la segunda parte ha sido decisiva en siete. El Pontevedra se ha acostumbrado, como muchos estudiantes, a dejar los deberes para el final y como ocurre también en muchas vidas académicas, los resultados están siendo los deseados pese al suspense inicial.

Mutilvera, Rácing de Ferrol, Lealtad de Villaviciosa, Osasuna B, Ponferradina, Somozas y Boiro ya han sido víctimas del empuje lerezano una vez el reloj del electrónico se excede del minuto 45 y solo el Palencia y el Izarra se vieron por debajo en el marcador tras el descanso. Pese a ello, el cuadro de la ciudad del Lérez no faltó tampoco con su cita al gol después de la reanudación.

En total, las segundas partes le han dado al Pontevedra 14 puntos esta temporada al deshacer el empate precisamente en esos siete encuentros como local. Po el otro lado de la balanza, el bloque pontevedrés solo dejó de ganar dos puntos por lo ocurrido tras regresar de los vestuarios. Fue en los campos de los filiales del Celta y del Valladolid tras llegar también con tablas al minuto 45.

Estos datos no son casualidad. Si por algo se ha caracterizado el Pontevedra desde la llegada de Luisito es por su intensidad y su alta preparación física. Tras el periodo de adaptación a la metodología de trabajo del de Teo, aún en la etapa de Tercera División, los de Pasarón se convirtieron en un rodillo que marcaba las diferencias en los tramos finales del choque, cuando ya el rival estaba cansado y a los granates les quedaba un punto más de gasolina en sus piernas.

Esta superioridad física no se dejo ver demasiado el curso pasado, la plantilla sufrió las consecuencias del proceso de adaptación a la categoría de bronce y de un periodo vacacional muy corto fruto del largo play off de ascenso tras el que no pudieron descansar todo lo que sus piernas hubiesen deseado.

Hoy, con un buen parón estival y un plantel mucho más cargado de experiencia en Segunda B, Luisito puede volver a poner en práctica ese fútbol con el que marcó las diferencias a nivel gallego y que ya el curso pasado se dejó ver tímidamente en algún momento de la temporada dando victorias importantes en los últimos cinco minutos de partido.

Pasarón, casa de los goles

Pero Pasarón no está siendo solo la mina de la que el cuadro de Luisito saca la mayor parte de sus puntos cada quince días. También está resultando ser la fuente de la mayor parte de sus goles. 24 de sus 29 dianas han sido anotadas en casa. Es decir, el 82% de sus conquistas anotadoras llevan el sello local.

Las segundas partes también entran en juego en estas lides ya que el resultado que más veces se ha repetido esta temporada al descanso en un choque del Pontevedra ha sido el empate a cero. Se dice que en el fútbol lo más complicado es "abrir la lata" y eso se plasma perfectamente en cada uno de los encuentros que juegan los de Luisito. Los datos son esclarecedores, 21 de sus 29 goles de esta campaña han sido anotados en los segundos 45 minutos.

Solo en seis jornadas los futbolistas granates se han quedado sin ver puerta en el segundo periodo y en cuatro de ellos terminaron el choque sin marcar, el mismo número de veces que el encuentro acabó en derrota.

El tanto de Mario Barco en el minuto 17 de la primera parte en Tudela que significó la única victoria lerezana como visitante fue la única diana madrugadora que hasta ahora ha certificado los tres puntos para su equipo.

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