Ayer por la mañana en España saltaba la noticia. Un avión se había estrellado en el municipio colombiano de La Unión. El aparato de una aerolínea boliviana transportaba a la expedición del Chapecoense, el equipo de fútbol brasileño que disputaba esta semana la ida de la final de la Copa Sudamericana con el Atlético Nacional.

El avión había partido en la tarde del lunes desde Brasil y tras hacer escala en Bolivia, tenía prevista su llegada a Medellín en torno a las 22 horas locales. Sin embargo, el vuelo nunca llegó a su destino. Porque poco antes, perdió contacto con la torre de control y tras causas aún no esclarecidas, chocó contra tierra. El siniestro provocó el fallecimiento de 75 de las 81 personas que iban a bordo, entre jugadores, cuerpo técnico, directivos, periodistas y personal del vuelo. Uno de ellos, era Filipe Machado, que horas antes había subido a sus redes sociales un vídeo anunciando el despegue hacia Colombia con un equipo que iba a disputar el partido más importante de su historia.

La novedad del siniestro causó impacto por la enorme cantidad de víctimas, pero en Pontevedra, tuvo una trascendencia especial. Su excompañero y compatriota Charles fue uno de los más activos en redes sociales. El jugador del Málaga publicó: "Se confirma la peor noticia. No me puedo creer que ya no estés con nosotros, amigo.Para siempre me guardo grandes momentos compartidos. DEP".

Otro de los que reaccionó públicamente fue Asier Ormazábal, exlateral derecho del conjunto granate, que coincidió con Filipe durante el curso que el brasileño vistió la camiseta de la entidad lerezana: "El lunes había puesto en las redes sociales que se iba a Colombia para jugar la final de la Copa Sudamericana y justo al día siguiente, me desperté con la noticia. Fue un shock. Nada más verlo lo comenté con Vázquez, Mikel Saizar y Fran Rico. Yo guardaba un grato recuerdo de él. Era todo alegría. No paraba de bailar. Daba igual que perdiésemos o ganásemos, él siempre tenia una sonrisa en la boca".

Ormazábal admitió que "no sabía" si creerselo o no, pero cuando se confirmó "fue un palo muy duro". "Mezcló muy bien con el clan brasileño que teníamos aquel año. Igual que por ejemplo Baggio era más callado, Filipe era todo alegría", recordó el vasco.

En la misma línea se pronunció Alejandro Vázquez, mítico capitán del Pontevedra de aquellos años. El asturiano reiteró la "sonrisa eterna" de la que habló también Ormazábal, que le dio una noticia que supuso "una pena enorme". "Recuerdo que era un chico muy alegre y hacía muchas bromas. Estuvo en Pontevedra un año y se acopló muy bien desde que llegó, también porque había muchos brasileños en el equipo". Vázquez señaló que ya no tenía contacto con él, aunque seguía sus evoluciones "a través de las redes sociales".

El joven de 32 años militó a lo largo de su carrera en once equipos a mayores del Pontevedra, en países como Portugal, Bulgaria, Azerbaiyán, Italia o Irán. A nivel personal, Filipe tenía pareja y una hija pequeña.