"Los chicos están muy motivados e incluso hay que pararlos en los entrenamientos por el exceso de ganas. Muchas veces el corazón va mucho más rápido que la cabeza, pero nosotros tenemos que controlar todo el tema de sentimientos porque esto es balonmano y hay que jugar con la cabeza para no cometer error tras error." Preguntado acerca de los jugadores teucristas que Jabato tuvo el año pasado en el Octavio, el técnico dijo que " voy a intentar utilizar lo que yo pueda saber de ellos, espero que mis jugadores también lo sepan leer pero a fin de cuentas son gente de mucha calidad y nos pueden hacer igualmente mucho daño".