Cumpleaños muy feliz el del Pontevedra CF en el día de ayer al poner punto y final a todas las celebraciones del 75 aniversario con una contundente victoria ante el Lealtad por tres goles a cero. Los goles se hicieron esperar hasta la segunda parte para otorgarle los tres puntos al equipo que más lo intentó ayer, empujado por un Pasarón que ofreció la mejor entrada de la temporada para cerrar la semana del aniversario granate. Con la de ayer, los locales enlazan cinco victorias consecutivas en casa.

Partido descafeinado en sus primeros compases con un Pontevedra que llevó tímidamente el peso del juego ante un rival que se encontraba a la expectativa, esperando su momento para lanzarse a la contra y hacer daño a los granates. Aun así, la primera ocasión de los de Pasarón no tardó en llegar y fue quizás la más clara de los primeros 45 minutos. Mario Barco logró rematar de cabeza un falta lateral pegada a la línea de cal que puso en juego Bonilla y que Porrón alcanzó a despejar con la yema de los dedos para enviar a córner.

Poco después fue el central visitante Álex Blanco el que estuvo a punto de poner en peligro a su equipo con un despeje que se fue envenenando y casi le cuesta un disgusto a su portero. El Pontevedra llevaba el peso del choque y jugaba la mayor parte del tiempo en campo rival pero se encontraba falto de profundidad y, si bien era capaz de terminar todas las jugadas, sus disparos lejanos no terminaban de encontrar portería y la defensa asturiana apenas hacía concesiones para permitir que pisaran el área.

En los últimos cinco minutos llegaron las ocasiones más claras de los visitantes. Tras una jugada personal dentro del área de Álex González que se encontró buena respuesta de Porrón, el Lealtad metió el miedo en el cuerpo a la parroquia granate con dos buenas ocasiones protagonizadas por David Grande. La primera tras rematar un centro llovido desde la banda izquierda que obligó a Edu a salvar al equipo con una parada de reflejos, y la segunda tras un disparo cruzado después de pisar área granate tras caer a la banda diestra. Sin movimiento en el marcador el duelo se marchó al descanso con el empate a cero inicial, resultado justo teniendo en cuenta la poca puntería pontevedresa en los primeros 45 minutos.

Pero como si de un grupo de tiradores de élite se tratase, el conjunto granate calibró su punto de mira en los vestuarios para conjurarse por la victoria en la segunda parte. Ya a los dos minutos de la reanudación, Añón tuvo en sus botas la posibilidad de hacer el primero tras controlar un centro dentro del área que Álex González le puso en bandeja. Al atacante coruñés se le hizo de noche y su disparo impactó contra el portero en primera instancia para después, en el rechace, acabar empotrándolo en el lateral de la red.

A los diez minutos de la segunda parte llegó el mayor susto del partido para el Pontevedra. Jacobo Trigo cometió un error en la salida del balón y perdió la pelota en campo propio, propiciando una contra de los de Villaviciosa que afortunadamente quedó en nada al estar correcto en la presión el propio ex del Logroñés para impedir el remate cómodo de Grande, que envió el cuero por encima de la portería de Edu.

En busca de la pegada que al equipo le hacía falta, Luisito introdujo un doble cambio a falta de media hora para el final que a la postre resultó definitivo. Mateu Ferrer y Abel entraron en el terreno de juego en sustitución del tocado Añón y de Álex Fernández y las rotaciones no pudieron ser más efectivas. Tanto fue así, que el delantero balear tardó menos de un minuto en hacer el gol al rematar con gran calidad y de primeras un centro lateral de Kevin Presa que sorprendió a Porrón por alto.

Ya con el melón abierto, el Pontevedra consiguió la inercia que le hacía falta para seguir anotado y siete minutos después Jacobo Trigo puso más tierra de por medio con el segundo de la tarde en un rechace de una saque de esquina que Abel había rematado certeramente en primera instancia.

Los de Pasarón tenían el partido más que controlado ante un Lealtad que ya aturdido apenas consiguió inquietar a Edu. La ventaja local no pudo más que incrementarse cuando Miguel remató a placer en el segundo palo un centro de Álex González que el joven lateral diestro golpeó raso entrando completamente solo desde atrás y dejando el choque más que sentenciado para vivir plácidamente los últimos diez minutos.