Si a los aficionados que ayer acudieron al Pabellón Príncipe Felipe les hubiesen dicho en el minuto 20 que el Teucro acabaría ganando con solvencia el encuentro, más de uno no se lo hubiese creído. Porque durante más de la mitad del primer tiempo, el conjunto pontevedrés ofreció una muy mala imagen. Blando en defensa y sin ideas en ataque, el pésimo arranque azul hizo que el Tolosa, un equipo trabajador y con cierta calidad en algunos de sus hombres, pareciese un equipo de Asobal.

El conjunto navarro llegó a ir ganando 4-8 bien avanzada esa mala primera mitad porque enfrente se encontraba a un Teucro que le ofrecía todas las facilidades posibles para bombardear a un Lloria que, pese a todo, en los primeros instantes, logró que el cuadro vasco no arrancase una mayor ventaja.

Quique Domínguez vio que el arranque era inaceptable y pidió tiempo muerto. Introdujo refrescos y quizá también corrigió los defectos de un equipo que hasta entonces no enseñaba varias de las muchas virtudes que se le presumen. Si el Teucro no defiende agresivo, no puede correr. Y en ataque estático, se vuelve más vulnerable. Y más, ante los portentos físicos vascos.

La afición, que visitaba por última vez en Liga el Príncipe Felipe, empezaba a impacientarse. Su equipo está llamado a estar arriba y era capaz de soportar un partido igualado contra un rival teóricamente asequible, pero no dos.

Reacción local

Con mucho tiempo por delante, el Teucro tenía las opciones de reacción todavía intactas y poco a poco, fue recordando quién era. Borja Méndez apareció en la dirección, Dani Hernández puso cabeza y los extremos comenzaron a encontrar opciones finalización. Un ataque basado en una buena defensa, que volvía a ser sólida gracias a un buen sistema de ayudas.

Fue ajustar las posiciones sin balón, y quedarse el Tolosa sin argumento. El conjunto vasco ya parecía un recién ascendido. Seguía luchando, pero se veía impotente ante un Teucro que crecía y, cada vez, se lo creía más.

La consecuencia que del cambio de tendencia fue que los visitantes se quedaron delminuto 22 al 29 sin encontrar un solo gol, mientras que el equipo lerezano recortaba distancias y, por primera vez en el partido, se ponía por delante en el marcador (10-9) con una diana del omnipresente Carlos García. Corría el minuto 27. Al descanso, el 12-10 parecía un indicativo claro de que el choque tenía un color azul evidente.

Sin embargo, con un buen inicio, el conjunto de Alex Nogues volvió a asustar. Se puso a un solo tanto. El Teucro seguía dominando pero la sombra de la incertidumbre planeaba todavía por el pabellón pontevedrés. Entonces Quique decidió dar el relevo a la portería. Entró Santana, que mejoró los aciertos de su compañero y estancó al Tolosa en los 17 tantos durante casi diez minutos.

Otra buena ráfaga defensiva había dado al Teucro la ventaja definitiva para que, en los últimos minutos, gestionase con comodidad el partido y a base de contras, ángel Iglesias se luciese para ampliar la renta y firmar una victoria que permite al equipo seguir ganando confianza mientras ajusta conceptos.