Siete años después de abandonar la disciplina granate en su segunda etapa al frente del club, José Aurelio Gay volverá a una ciudad que tan solo ha visitado una vez desde entonces. Quien fue entrenador del Pontevedra CF en el último ascenso a Segunda División de su historia, estará el próximo martes en una charla coloquio en el Teatro Principal junto a otros protagonistas de la historia del club en cuanto a ascensos como Tito Estévez, Ceresuela, Calleja, Luis Rivas, Milucho y Lupe Murillo.

- ¿Qué recuerdos guarda de sus dos etapas de en Pontevedra?

- Es estupendo, coincidió una época en la que teníamos un equipo francamente bueno. Realizamos un juego yo creo que brillante, con un fútbol muy ofensivo que consiguió muy buenos resultados. Fue un momento muy bonito que desgraciadamente duró poco.

- Ahora volverá como invitado para ese coloquio junto a otras figuras de la historia granate ¿qué supone para usted que le sitúen junto a ilustres como Calleja o Ceresuela?

- Cuando Xabier Fortes me llamó para formar parte de estos actos tenía claro que me gustaría estar. Yo no creo que esté a la altura de Calleja o Ceresuela ni de aquella generación de magníficos futbolistas que llevaron al Pontevedra a Primera División y lo mantuvieron durante varios años. Yo simplemente soy un pequeño grano en esa historia de 75 años del club y que participó con un gran grupo de jugadores que tenía en un ascenso a Segunda División, pero nada más.

- Usted nació en pleno apogeo del Hai que Roelo (1965) ¿Tiene algún recuerdo de esta etapa en su niñez?

- Los recuerdos que tengo son sobre todo de haberlos vivido y rememorado en Pontevedra en la época que yo estuve, se hablaba mucho del Hai que Roelo. Lo que sí recuerdo muy vagamente es un partido que se jugó en el Bernabeu entre el Real Madrid y el Pontevedra, no sé exactamente el año pero si recuerdo haberlo visto por televisión.

- Con el fútbol actual, ¿le parece posible que un club proletario como era aquel Pontevedra pueda codearse actualmente con los más grandes como ocurrió en aquella época?

- Yo creo que sí se puede porque estamos viendo ejemplos todos los años. Ahora estamos asistiendo a lo que está haciendo el Leganés después de haber ascendido la temporada pasada a Primera, algo que parecía imposible. Lo que ocurre es que hay que hacer un trabajo muy bueno, muy serio y tener mucha paciencia para formar unos cimientos muy fuertes que sean capaces de soportar las dificultades. ¿Por qué no va a poder venirle al Pontevedra otro ciclo que le lleva hasta Primera División? Por su puesto que sí, que es posible.

- Hábleme de su gran logro en el club, ese ascenso a Segunda División del verano de 2004.

- Lo tengo bastante claro en mi memoria. Recuerdo que era la jornada quinta, yo estaba entrenado al Sanse en Madrid y me llamaron de Pontevedra para hacerme cargo del equipo. Yo la verdad es que sabía muy poco del club, solo que habían perdido por goleada el la jornada 5 en Ponferrada y el entrenador Milucho había dimitido. No sabía mucho más, ni gente ni jugadores pero aun así no lo dudé y me marché para allí. Una vez en la ciudad recuerdo que fue un shock porque me encontré con un equipo francamente bueno y con una calidad enorme en la plantilla. Su comportamiento fue además estupendo y cuando yo les hablé de jugar al ataque a muchos jugadores se le abrieron los ojos. Allí fuimos al ataque de verdad, con todas las consecuencias y asumiendo riesgos. La mayoría de los jugadores se adaptaron muy bien y disfrutaron mucho. Eso es lo que pasó, que me encontré con un equipo muy bueno para jugar al ataque y que lo hicimos sin freno, por decirlo de alguna manera.

- ¿Con qué se queda de todo lo vivido en ese año?

- Son muchas cosas, es difícil quedarse con una. Me acuerdo que teníamos la oportunidad en Lorca de ascender directamente aun sin jugar después en Pasarón. La afición se desplazó de forma masiva, recorriendo más de mil kilómetros para ver ascender a su equipo. No lo conseguimos, empezamos ganando y posteriormente perdimos 2-. Nosotros salimos todos cabizbajos de los vestuarios por haber perdido la primera oportunidad de las dos que teníamos para subir y sin embargo la gente después de haberse hecho más de mil kilómetros nos decía que no pasaba nada, que lo mejor era subir en casa con toda nuestra gente y que lo íbamos a conseguir en Pontevedra. Aquello fue tremendo, el último empujón para poder ascender. No solo supieron aceptar esa derrota sino que además nos levantó la moral para afrontar el partido decisivo.

- Después regresa al Pontevedra en el 2008. ¿Qué diferencias encontró entre el Pontevedra que dejó y el que después se encuentra?.

- El club ya no era el mismo. El presiente era el mismo, pero estaba pasando por momentos difíciles y la situación era otra aunque también había un buen equipo. Fue muy curioso porque cuando llegué recuerdo que empatamos con el Celta B y los otros siguientes seis o siete partidos fue una racha increíble de victorias que nos llevaron a puestos de play off de ascenso. Y cuando habíamos hecho esa heroicidad, los siguientes cinco o seis partidos los pasamos sin ganar, sin explicación ninguna. No había lesiones, jugaron los mismos jugadores... fue una cosa que no me ha vuelto a ocurrir nunca.

- ¿Qué mensaje le da al club por ese 75 aniversario?

- Felicitarles el 75 aniversario porque muchos clubs no llegan a esa edad. Creo que el Pontevedra es un club que tiene unas raíces muy fuertes en la ciudad y del que su gente está muy orgullosa. Yo eso lo sé porque lo he vivido en primera persona. Les deseo unos actos que muy bonitos y que disfruten de estos días. Estoy convencido de que les quedan todavía muchos años por venir.