Los palistas del Poio Pescamar Adrián Sieiro y Sergio Vallejo volvieron a ser los protagonistas en la pista David Cal del Pontillón do Castro, en Verducido, en la disputa de la Copa de España de 200 y 500 metros. Junto a ellos también fueron protagonistas las palistas la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra Jenifer Casal y Raquel Rodríguez.

En la jornada del sábado Sieiro ya fue uno de los destacados en la fase individual, haciéndose con la medalla de plata en el C-1 200 y posteriormente colgándose el oro al cuello en el medio kilómetro. Por su parte, Carolina García y Carla Sieiro consiguieron sendas preseas de plata y bronce, respectivamente, en K1-200, mientras que Jenifer Casal fue bronce en K1-200 y plata en K1-500. También Carolina y García y Sergio Vallejo se subieron al segundo peldaño del cajón de ganadores en el medio kilómetro el pasado sábado.

Para ayer se quedaron las participaciones por parejas, en las que los nombres se volvieron a repetir en la mayoría de los casos.

La pareja Sieiro-Vallejo siguió demostrando su gran momento de forma e hizo extensible su excelente rendimiento del selectivo del pasado viernes a las pruebas del domingo, colgándose la medalla de oro en las dos finales que disputaron en ambas distancias. La final de C-2 500 fue especialmente fructífera para Galicia ya que los palistas de O Grove Antonio Campos y Manuel Sánchez fueron segundos y los compañeros en Poio de los ganadores, Daniel Durán y Jesús Montoto, se hicieron con un disputado bronce. Cabe decir, que de las nueve embarcaciones que tomaron salida en esta prueba, solo una no pertenecía a la Federación Gallega de Piragüismo.

Más igualado fue el balance en el C-2 200, en el que una embarcación sevillana se coló en el podio con los de Poio y Luis Figueira y Manuel Lobato, del Club As Torres de Catoira.

En cuanto a las mujeres, en una competición de menos participación que contó con cuatro embarcaciones en cada una de las dos finales, la pareja Jenifer Casal y Raquel Rodríguez siguió los pasos de los chicos para volverse a casa también con dos merecidas medallas doradas al ser muy superiores a sus rivales.