- ¿Recuerda algún partido contra el Celta?

- Era una época complicada para el Celta. Pero me acuerdo de un partido en el Camp Nou en el que Johan le hizo una entrada un poco fuerte a Manolo, el gran capitán del Celta.

- Si tuviese que elegir un partido, una jugada o un gol de Cruyff, ¿cuál sería?

- ¡Uff! Creo que el mejor partido que le vi fue en el Parque de los Príncipes de París. Jugábamos contra una selección del Paris St.Germain y del Stade Reims. Fue algo maravilloso. Aquel partido podía hacer que ganase el Balón de Oro y lo ganó.

- ¿Cómo era Cruyff fuera del campo, como persona?

- Era un hombre majo y generoso. Cuando le hacían algún tipo de regalo él siempre exigía para los demás. Recuerdo una vez en una concentración en Hamburgo que apareció Uwe Seeler con una furgoneta de Adidas y un montón de ropa deportiva para nosotros. A los pocos días llegó Cruyff con otra furgoneta de Puma, con la que tenía el contrato, y trajo también equipación deportiva. Parte de lo que me tocó a mí lo traje para el campo de Massó, en Cangas. Eso sí, no lo invitases a comer. En mi vida he visto a alguien comer tanto como él, aunque le llamasen El Flaco [ríe].