La decisión adoptada por el comité de competición de la Federación Gallega de Fútbol, respecto a los hechos acaecidos el pasado domingo en el duelo entre el Atlético Pontevedra y el Arousana B, no ha sentado nada bien en la entidad vilagarciana.

Pese a la sanción de diez encuentros al entrenador Gregorio Bouzas, el principal punto de discordancia de la directiva del Arousana radica en la decisión federativa de obligar a reanudar el partido a partir del minuto 69 a puerta cerrada. Por si fuera poco, el fallo también indica que será el Atlético Arousana el que tendrá que asumir los gastos derivados de esa continuación.

La negativa a aceptar la decisión del comité es rotunda por parte de la directiva arousana. Las razones para ello tienen varios puntos de apoyo, el primero es el referido al absoluto rechazo de las jugadoras a volver a enfrentarse al equipo pontevedrés. María Coba, portavoz del club vilagarciano, apuntó que "ni las jugadoras quieren jugar, ni sus padres quieren que jueguen y tampoco el club está por la labor de exponer a las niñas a otro problema semejante".

En la misma línea se expresa Gregorio Bouzas. El entrenador sancionado va más allá en la reflexión sobre la decisión de negarse a volver a jugar contra el Atlético Pontevedra, "nos dicen que tiene que ser a puerta cerrada, ¿pero quién garantiza nuestra seguridad?. Mis jugadoras son todas menores de edad y están destrozadas anímicamente después de lo que tuvieron que ver allí. Nos cosieron a patadas, me agreden y aún encima nos hacen quedar como los malos de la película ante un equipo con tres jugadoras que tienen un largo historial de antecedentes conflictivos en todos los sitios en los que estuvieron".

La Federación Gallega dio de plazo hasta hoy mismo para que ambos clubes implicados en la pelea se pongan de acuerdo para fijar una fecha para la reanudación del encuentro. De no producirse el entente sería el propio ente federativo el que pondría la fecha para la finalización del choque a partir del minuto 69.

María Coba apuntó al respecto que "evidentemente no va a haber un acuerdo entre los clubes porque sería aceptar una sanción que no compartimos. Una vez fije una fecha la Federación utilizaremos todas las vías legales posibles para recurrir y argumentar nuestra decisión".

Por otro lado, Gregorio Bouzas se refirió a la sanción de diez encuentros señalando que "me obligan a perderme lo que resta de temporada cuando creo que hay un problema de redacción del acta. Es cierto que yo protesto airadamente y hay un contacto con el árbitro, pero es involuntario y para nada se trata de un empujón. También dice que yo me les reclamé las fichas en el vestuario a voz en grito cuando yo estaba poniendo la denuncia en ese momento. Lo que no me arrepiento es de sacar al equipo del campo viendo lo que estaba pasando".

La relación de incidentes protagonizado por las hermanas Torres García incluso ha derivado en un movimiento de apoyo al técnico del Arousana por parte de otros clubes de la competición, "me han llamado muchos entrenadores dispuestos a apoyarme porque ya saben como son las trillizas".