El Pontevedra se encuentra sumido en una segunda fase del campeonato en la que, tras haber prácticamente certificado el objetivo primordial de la permanencia, tiene ahora diez partidos por delante para tratar de alcanzar objetivos más ambiciosos.
Los 44 puntos que lucen en su casillero están dos victorias por debajo del siguiente equipo en la clasificación, el Tudelano, con el que tienen ganado el golavergae particular.
La distancia de seis puntos sobre treinta posibles se presenta como una dura prueba a superar en la que los de Luisito no dependen de sí mismos, pero el hecho de que el equipo navarro deba enfrentarse a los tres primeros, pone las cosas un poco más sencillas.
En cualquier caso, los granates necesitan superar como mínimo la barrera de los 60 puntos para estar entre los cuatro primeros. Desde la campaña 2009-2010 (la última en la que el Pontevedra disputó una eliminatoria de ascenso a Segunda División) solo un equipo (el Lucena de la campaña 2012-2013) consiguió estar en los cruces de post temporada con menos de 60 puntos.
Por la evolución de los resultados de este curso, la puntuación a alcanzar para dar la campanada podría rondar los 65 o 66 puntos o lo que es lo mismo, si el equipo de la ciudad del Lérez es capaz de sacar adelante la difícil empresa de ganar siete de sus diez últimos partidos, la situación debería ser más que favorable para que Pontevedra pueda presenciar una fase de ascenso a la Liga Adelante, seis años después. El calendario no es muy desfavorable para tratar de dar la sorpresa, pues 18 de los 30 puntos en lidia, se ponen en juego en Pasarón contra rivales como Arandina, Peña Sport, Sporting B, Celta B, Valladolid B y Burgos mientras que las salidas serán a Logroño, León, As Somozas e Izarra. Los pupilos de Luisito lograron 22 puntos en esa parte del calendario durante la primera vuelta.
Ciñéndonos al Grupo I, la temporada pasada el Logroñés fue el conjunto que marcó la entrada en los puestos de play off con 66 puntos, estando la barrera un poco más asequible en campañas anteriores con los 60 del Guijuelo (13-14) y Caudal (12-13). Sin embargo todos ellos se enfrentaron al último cuarto de la temporada con mas puntos en su haber que los que ahora tiene el Pontevedra.
Para encontrar a un equipo que en este Grupo I tuviese unos guarismos peores que los de los granates de esta campaña y que finalmente acabase entrando en la fase de ascenso, nos tenemos que remontar precisamente al Pontevedra de Pablo Alfaro de hace seis temporadas. Ese equipo consiguió la gesta de jugar la fase de ascenso tras su victoria en Mendizorroza ante el Alavés con un solitario gol de Ibán Espadas. Previamente, en la temporada anterior, también el Leganés acabó por disputar la fase de ascenso después de llegar a la jornada 28 con 44 puntos.
Un caso particular fue el del Nástic de Tarragona de hace dos temporadas, quienes a falta de diez jornadas para finalizar la campaña tenían prácticamente inaccesibles las cuatro primeras plazas y se encontraban muy alejados en la zona media de la clasificación con 37 puntos, pero una senda de diez victorias consecutivas les permitió certificar la gesta.
