La derrota del Pontevedra del pasado sábado en Santiago todavía escuece en el seno granate. El Pontevedra sufrió en San Lázaro la mayor derrota de la etapa de Luisito en el banquillo y además cayó con contundencia y perdiendo su seña clara de identidad en esta temporada, la lucha, la intensidad y el buen fútbol.

El mérito del Compostela es mayúsculo a tenor de que nunca antes el Pontevedra había recibido tres goles en partido de liga en la era Luisito. Sólo el Rápido de Bouzas en Copa Federación había conseguido esos registros jugando ante un equipo formado por los jugadores menos habituales.

Con anterioridad, los máximos goles que había encajado la defensa pontevedresa en los últimos tiempos fueron los dos que esta campaña le anotó la Arandina en el Montecillo y la pasada semana el Lealtad en Pasarón, y ninguno de esos partidos finalizó en derrota. Ya en Tercera y con el teense en el banquillo, también fueron dos las ocasiones en las que los granates encajaron más de un gol (2-1 ante el Fabril y 1-2 ante el Choco).

Si atendemos a toda la carrera como entrenador de Luisito, sus equipos siempre se han caracterizado por una fuerte defensa y en casi 250 encuentros, sólo en 18 de ellos sus jugadores han recogido el balón del fondo de las redes en tres o más ocasiones y no necesariamente con resultado de derrota. Precisamente uno de los equipos capaz de conseguir esto fue el Pontevedra de Milo Abelleira en Pasarón, durante la campaña en la que su Ourense consiguió el ascenso a Segunda B.De todos estos partidos, una derrota es la más abultada, el 0-4 que sufrió en la última jornada de liga en A Malata ante el Palencia cuando era entrenador del Racing de Ferrol

Una liga muy igualada

El resultado de San Lázaro deja a las claras la gran igualdad que existe en este grupo I de Segunda División B, un factor que ya han venido destacando tanto jugadores como entrenador del conjunto granate. Cualquier equipo le puede ganar a cualquiera, independientemente de la posición que ocupe en la clasificación. Así, la de Santiago de Compostela no fue la única sorpresa del sábado pues como dijo el propio Luisito "el Astorga también le pintó la cara a Logroñés".

Esta es la esencia de una categoría en la que no se notan ya tanto las diferencias que bien se podían apreciar entre la parte alta y la baja de la clasificación del pasado año en Tercera. Valga decir que cuando el Pontevedra visitó el pasado año al colista, el Bertamiráns, el resultado fue de 0-8 favorable a los lerezanos, algo impensable en este campeonato.