Casi tres meses después el Pontevedra volvió a sumar una nueva derrota. No lo hacía desde el ya lejano 31 de octubre, cuando cayó por la mínima en Pasarón ante la poderosa Unión Deportiva Logroñés. Un solitario tanto de Chema Mato cavó la tumba de los de Luisito en el siempre complicado Ciudad de Tudela. En un partido de claro color local, el equipo granate naufragó a la deriva. Solo en el tramo final del primer acto el Pontevedra despertó de su letargo, pero se encontró con la respuesta de Pagola, el meta navarro.

La puesta en escena del Tudelano fue eléctrica. Los riberos presionaron con fuerza la salida de balón granate y encerraron al Pontevedra en su propio campo en los primeros minutos. No habían transcurrido los dos primeros minutos de juego cuando los de Mandiola ya daban el primer aviso serio sobre la portería de Edu en un disparo de Paris que se encontraba con la réplica del guardameta granate.

El Tudelano volcaba el campo sobre la portería granate, pero se mostraba desacertado a la hora de conectar el último pase, momento en el que morían todas las bienintencionadas ideas navarras. Lázaro, con un disparo lejano, quiso sorprender a Edu rebasado el cuarto de hora de juego, pero su lanzamiento se marchó por encima del larguero.

Quería el Pontevedra, pero no podía, maniatado por el aguerrido centro del campo de un Tudelano que ganaba la batalla en la medular y no tardaba en recuperar el balón. Mediado el primer acto el Tudelano volvió a la carga. Lo hizo a través de Paris, que fue un puñal por su lado y trajo por el camino de la amargura a la zaga del Pontevedra con sus continuas incorporaciones al ataque. El disparo del lateral lo paró Edu con la punta de la bota.

El meta del Pontevedra fue el mejor jugador de su equipo en la primera parte. Solo en el tramo final del primer periodo sus compañeros le concedieron un respiro. Sucedió gracias a que los locales empezaron a acusar el esfuerzo realizado previamente y empezaron a fallarles las fuerzas. Lo aprovechó el Pontevedra para irse hacia arriba y empezar a atenazar a Pagola, que hasta ese momento había pasado desapercibido.

Gozó en ese tramo del partido el Pontevedra de dos ocasiones claras para tomar la delantera en el marcador. La primera, en una volea de Jandrín que el cancerbero del equipo navarro resolvió con una inconmensurable intervención; y la segunda en un disparo de Pedro desde 40 metros que a punto estuvo de sorprender a Pagola, al que le salvó el travesaño de lo que bien podría haberse convertido en el gol de la jornada.

Tras el paso por vestuarios el Tudelano volvió a tomar las riendas del partido y ya lo iba a hacer hasta el pitido final del árbitro. Lázaro se comió a Pedro García y a Queijeiro en el centro del campo y a partir de ahí empezó a crecer el equipo navarro, a través de su verdadero motor. Especialmente desacertado estuvo el jugador cedido por el Deportivo de La Coruña, que no mostró en Tudela su mejor versión y el equipo pagó su falta de inspiración con la escasez de ideas en la creación, toda vez que los jugadores de más talento para estas lides junto al coruñés, se encontraban fuera del equipo por lesión.

Mientras tanto el Tudelano seguía a lo suyo. Paris rozó el tanto en un mano a mano que por enésima vez resolvió Edu, pero el meta no pudo hacer nada minutos después cuando Chema Mato cabeceó al fondo de las mallas un centro llovido desde la derecha.

De ahí al final del partido el Pontevedra arrojó la toalla y los de Mandiola dispusieron de ocasiones de sobra para sentenciar el partido. Solo la falta de puntería se lo impidió.

A los de Luisito les pesaron en exceso las seis importantes bajas arrastradas y la baja forma de un Pablo Carnero que ayer, solo en la punta de lanza por la sanción de Borjas, evidenció aun más que al equipo le hace falta la llegada de otro nueve. El propio entrenador granate acabó retirándole del terreno de juego pese al marcador adverso para dar entrada a Tomás.