El Coruxo perdió ayer uno de esos partidos en los que, al final, las sensaciones no son tan malas como pudieran parecer. El Logroñés tuvo el balón durante muchos minutos del encuentro, pero no creó un excesivo peligro sobre la meta defendida por Brais, mientras que el Coruxo incluso desperdició un penalti que pudo haber supuesto la igualada en el marcador.

En los primeros cuarenta y cinco minutos de juego dio la impresión de que el cuadro entrenado por Rafa Sáez estaba más preocupado por no encajar que por ponerse por delante en el marcador. El técnico avisó durante toda la semana que no se podían cometer errores en defensa, y la totalidad del equipo trató de cumplir esa orden. Esta circunstancia provocó que el Logroñés tuviera mucha más posesión de balón, pero de hecho sin crear demasiado peligro ante la meta de Brais. Un disparo de Santos, que salió fuera, un mano a mano de Muneta con el guardameta vigués, un disparo de Titi fuera y el gol de Pere Milla fueron las mejores ocasiones de los riojanos durante el primer plazo, si bien la mejor del Coruxo fue al cuarto de hora para Adrián Armental.

La sensación generalizada era de que el Logroñés había sido muy superior a los vigueses, pero la realidad era otra totalmente diferente.

El Coruxo dio un paso al frente en la segunda parte, como no podía ser de otra forma. Rafa Sáez no tardó en hacer el primer cambio. Dejó una defensa de tres centrales y reforzó el centro del campo con la entrada de Antúnez. Ángel seguía en la banda izquierda después de haber modificado la posición de los laterales en el primer tiempo para evitar las incursiones riojanas. Sin embargo la primera ocasión fue para el Logroñés, con un disparo a bocajarro de Carlos Fernández que despejó Brais.

Poco a poco el partido se fue igualando. El Coruxo recuperó el control del centro del campo, pero no conseguía crear peligro ante la meta de Miguel. La ocasión llegó en el minuto 58, cuando el colegiado del encuentro castiga con penalti una mano "light" dentro del área de Borja. Cristóbal se encargó de lanzar la pena máxima, pero quiso ajustar tanto que el balón dio en el palo y salió fuera. Era, sin lugar a dudas, la oportunidad del partido que, en esta ocasión, no supieron aprovechar.

El encuentro entró en una fase de poca brillantez. El Coruxo no conseguía crear peligro a pesar de su dominio, mientras que el Logroñés se encontraba cómodo. Los vigueses tuvieron otra oportunidad, a veinte para el final, cuando Cristóbal sacó una falta que Miguel desbarató con una gran parada.