El Racing de Ferrol regresa a la senda de la victoria tras sus dos derrotas consecutivas ante el Racing y Astorga. Lo hizo ante una competitiva Arandina y en un partido muy exigente para ambos debido a las duras condiciones del terreno de juego y que obligó a un sobreesfuerzo a ambos equipos. Los locales resolvieron el choque en los primeros 45 minutos, que fue cuando anotaron los tres goles que a la postre resultaron definitivos.

El Racing no quería sorpresas como la de la semana pasada ante Astorga y pronto se puso el mono de trabajo para no tener sustos. Comenzó dominando el cuadro de Tena ante una Arandina que se defendía como podía y despejaba cada balón que llegaba a sus dominios sin titubeos. Sin embargo, en el minuto 4 de partido ya llegó el primer gol de los locales. La Arandina no se escondió y poco a poco, conforme iban transcurriendo los minutos, se fue sintiendo más cómodo. Eso sí, los pupilos de Javier Bermúdez estuvieron romos en ataque y no lograron tirar ni un solo tiro entre los tres palos. El Racing buscaba algún error del rival para marcar el segundo, que llegó en el 33. Los locales cerrarían su cuenta goleadora tras un robo de balón en su propia área. Era el minuto 43.

En la reanudación el campo todavía fue a peor. No en vano, en esta segunda parte el balón iba y venía de una a otra área sin apenas crearse peligro en las porterías. Los entrenadores aprovecharon para ir moviendo banquillos en busca de jugadores de refresco. Eso sí, fútbol muy poquito. A medida que avanzaban los minutos de podía comprobar la buena voluntad y el esfuerzo de ambos contendientes, pero es que la situación no daba para mucho más. Apenas tuvieron trabajo los porteros, pues la circulación del balón era prácticamente nula y el esférico llegaba a cuentagotas a posiciones de peligro.

En el 82 el Racing tuvo una contra de Joselu en un 2 para 1, pero el pase de Jose a Vidal ya fue malo y el disparo se fue muy cruzado. La Arandina tuvo su gol en el 86. Fue tras un fuerte remate dentro del área de Pajarero tras un corner y que el portero envió a córner.