Tras el encuentro en Guijuelo Luisito reconocía que su equipo no había hecho un fútbol vistoso y digno de recordar pero señalaba en ese sentido que "el partido ha estado marcado por la lluvia y el viento". Así, el entrenador teense considera que "la lluvia hacía que el campo no estuviese en sus mejores condiciones, pero sobre todo el viento ha condicionado mucho el partido". "Era complicado controlar el balón y sus botes en estas circunstancias", señaló. Y es que al mal estado en el que se encontraba el campo de césped artificial del Estadio Municipal de Guijuelo, se le sumó la gran tormenta que está asolando buena parte del país y que fue, por momentos protagonista en el encuentro, provocando que el balón realizase "extraños" a los jugadores.

El técnico granate reconocía también que su equipo había "practicado un juego directo, un juego que nosotros no hacemos nunca" y que les "costó mucho". La prueba de lo ocurrido se vio en el trabajo que realizó el delantero Borjas Martín, uno de los que más corrió por las exigencias del juego. El canario, que está teniendo minutos como "9" y también como extremo izquierdo, volvía ayer a jugar como único referente en el apartado ofensivo granate, toda vez que Carnero no llegó a tener ni un solo minuto. Con ello, Luisito volvía al 4-2-3-1, un esquema que convive con el 4-3-3 en el banquillo granate. Las bajas sensibles de Mouriño y Álex Fernández abrían la titularidad para Queijeiro y Pedro García, que se colocaba en el pivote con Kevin Presa.

Con esas, Luisito aseguraría tras el partido que una de las claves del juego estuvo en que su equipo estuvo "mejor posicionados en el terreno de juego y conseguimos adelantarnos en el marcador y además también pudimos sentenciar el partido con la ocasión de Jacobo en la segunda parte" por lo que consideraba que "el resultado me parece justo".

Como novedad, el técnico introducía ayer en la convocatoria al portero del Pontevedra B, Lluis, tras la petición de la carta de libertad por parte de Sergio Lloves, que de momento continúa en la disciplina granate hasta que la dirección deportiva encuentre un sustituto.