Partido gris como pocos se recuerdan esta temporada en casa con un Teucro tan espeso como el de anoche. Faltó intensidad defensiva, no se vio la marcha extra que le caracteriza, los palos no le ayudaron y no pudo sacar provecho de las superioridades numéricas de las que dispuso. Todo eso evitó que el Teucro no se llevase algo positivo en casa, ni evitar la que es su cuarta derrota consecutiva.

En frente tenían a un rival que llegaba en fase ascendente. Tras un cambio en el banquillo en el que Apecechea se hizo con las riendas, el Anaitasuna se presentó en el Pabellón Municipal dispuesto a conseguir su tercera victoria como visitante consecutiva. Los vascos fuera de casa se sienten mejores y, sin grandes alardes, le jugaron de tú a tú a un Teucro que tenían bien estudiado. La premisa era clara: llevar el partido a la parte menos cómoda para los locales, evitando las contras (donde los que de Quique Fernández son muy superiores), castigando el ataque por el centro (cosa que hicieron a la perfección), y anulando a Dani Hernández y Erik Balenciaga, los baluartes azulones.

El encuentro empezó con una metáfora de lo que sería el partido con un rápido 0-2 para los locales en apenas dos minutos. Jugando de forma muy intermitente, el Teucro lograba devolver la igualada, con un buen Pichel y la aportación inestimable de Amérigo bajo palos. Los siguientes minutos fueron para probarse uno y otro en la intensidad en las contras. Aquí el Teucro sacaba un provecho que no se veía reflejado con claridad en el marcador. Ellos provocaban más errores en ataque, lo que que hizo que los locales se pusieran por primera vez por delante en el partido. Pero de nuevo la férrea defensa, con un buen Gregor Lorger secundado por los centrales que imponían su mayor altura sobre los pontevedreses.

El primer golpe de moral llegaba en el en el minuto 14, con la exclusión por dos minutos de Xabier Etxeberría. Fueron más listos los locales y, con uno menos, pasaron del 9-8 al 9-10, momento que sumió al Teucro en la desesperación provocando dos exclusiones consecutivas para Rial y para Hernández que provocaría que el marcador se fuese al 12-14. La diferencia se iba a mantener hasta el descanso (14-16), después de que el Teucro sí recortase la diferencia del tres tantos en una superioridad numérica.

A la reanudación, el partido empezó con otro color. Amérigo, el mejor del Teucro ayer, se ponía el traje de faena y paraba de forma magistral las tres primeras posesiones del Anaitasuna. Al mismo tiempo, saltaba el Pichel demoledor capaz de desequilibrar ante cualquiera. Ataque del Teucro y defensa visitante subían un poco la intensidad, con la ventaja para los locales que veían como en 4 minutos le pitaban tres penaltis a favor que Chapela no perdonaba. Así, se pasaba del 14-16 del descanso al 21-19 en el minuto 39, lo que supuso la máxima diferencia a favor del Teucro.

Pero tanto trabajo como llegó la remontada, y cuando parecía que se podría continuar el hachazo, en poco más de un minuto espectacular y con la complicidad de los balones a los palos del Teucro, los vascos empataban el partido. Era encomiare la labor de Amérigo, pero faltaba dar con una tecla en defensa. Lo intentaba Quique Domínguez con una línea 5-1, con Román Pedreira por delante. La joven promesa destacaba por su velocidad y sus robos, pero no tuvieron la misma efectividad sus compañeros en labores ofensivas.

Así se llegaba al minuto 42, donde estuvo una de las claves del partido. De nuevo Etxeberría era excluído y por un error del banquillo, excluían con dos minutos a Álvaro Gastón. El Teucro estaba con dos jugadores más durante dos minutos, pero los visitantes llevaban el ritmo del juego y lo que pudo ser una escabechina para los locales se quedó en un nada, al empezar la doble superioridad con 22-22 y acabarla con 23-23, lo que supuso un golpe a la moral de los azules.

Continuaban los balones a los palos de los de Domínguez. En la pista se medía la regularidad de los vascos, que se venían arriba, con la intermitencia de un Teucro gris. El marcador era un continuo vaivén, sin diferencias claras hasta que a falta de 5 minutos, con el empate a 28, Amérigo para una contra y Carlos García provoca en el rechace penalti en contra y su exclusión. La superioridad numérica si la aprovechó el Anaitasuna, para cerrar un parcial de 0-3 a falta de tres minutos, que sería defintivo para el resultado final.