El Pontevedra vivió un debut en Segunda División B tan esperado como amargo. Los granates cayeron frente al Guijuelo por un único gol (Nacho, m. 54) en un partido que dominaron la mayor parte de los 90 minutos y en el que se tuvieron que sobreponer a la expulsión de Capi durante más de media hora. Pero no todo fue malo. El equipo dejó una imagen esperanzadora, con un fútbol de iniciativa y vistoso.