Manu Fernández estaba "satisfecho por los tres puntos, que al final es lo que importa" pero reconoce que al Pontevedra parece que se le sigue atragantando el fútbol en su propio estadio. Al menos hasta que aparece el gol: "Fue un partido como nos viene pasando en casa que cuando se mueve el marcador cambian las dinámicas". "Con el cero a cero fuimos un equipo y tras el gol fuimos otro muy diferente", explicó. "A partir del uno a cero conseguimos lo que pretendíamos en la primera parte pero que no logramos que era tener el balón en campo contrario". Reconoce que se encontró con un Bouzas que no se esperaba: "Yo creí que el rival iba a proponer un fútbol más combinativo y en cambio jugó muy directo lo que conllevó balones al área con las complicaciones que generan". "En la segunda parte creo que conseguimos robar más el balón en campo contrario y tenerlo más y la entrada de Moreira nos dio más combinación", indicó.

"Creo que el equipo con cero a cero en casa sufre muchísimo porque no es capaz de generar peligro", reconoce el técnico granate, quien añade que " al principio estamos bien, pero con el paso de los minutos si ve que no hace gol esa ansiedad aparece". A la vuelta del descanso el equipo cambió y "después del gol sí que es cierto que nos soltamos un poco y combinamos, tuvimos más llegadas, ocasiones claras de gol pero cuando vas uno a cero en el minuto 85 y el rival pone al central en punta siempre acabas sufriendo". "Nos quedan ocho finales" y avisa que "todos los partidos que vamos a tener son complicados y van a ser sufridos". Cree que con la victoria en casa "no nos sacamos un peso de encima, es lo que tenemos que hacer".