El Atlético sufre en el barro para despertar al Arenteiro de su sueño copero

Los de O Carballiño se adelantaron por mediación de Markitos y estuvieron vivos en la eliminatoria hasta el último cuarto de hora, cuando Barrios y Carrasco remontaron el choque

Un lance del partido en O Espiñedo

Un lance del partido en O Espiñedo / Brais Lorenzo

Los héroes del Arenteiro hicieron soñar a todo un pueblo con derribar a un titán. Los de O Carballiño querían ser el matagigantes de esta Copa del Rey. El objetivo era dar la campanada frente al Atlético de Madrid. Sabían que eliminar a un Primera era posible después de dejar en la estacada al Almería. Parecía que iba a ser la noche perfecta. Markitos adelantó a los de O Espiñedo. Carrasco empató de penalti antes del descanso y Diego García paró otro para mantener a los suyos en la pelea. Pero las esperanzas de alcanzar una gesta que sería histórica para el humilde conjunto ourensano duró 76 minutos —mucho más de lo que pronosticaban algunos— y los de Simeone hicieron valer su papel de favoritos para superar la eliminatoria. Marcaron Pablo Barrios y otra vez Carrasco. Honor para el Arenteiro y su afición, que tardarán mucho tiempo en olvidar la presente edición de la Copa.

El Atlético sufrió, y mucho, en O Espiñedo. Desde el principio estuvieron incómodos y tuvieron que bajarse al barro para competir contra el Arenteiro, que desde el principio les jugó de tú a tú. Los primeros compases, de hecho, fueron para los locales. La celebración del gol de Markitos, a los 42 minutos con una preciosa vaselina a Oblak, resonó en media provincia. Fue entonces cuando apareció la figura del árbitro, González Fuertes, y sus discutidas decisiones. Ya había expulsado al entrenador local por unas protestas y antes del descanso, tras una caída de varios futbolistas en el área, señaló penalti a favor del Atlético de Madrid. Carrasco puso el empate.

Tras el descanso el Arenteiro siguió apretando los dientes y apurando sus opciones incluso después de que el colegiado se inventase otro penalti. Diego García, que estuvo muy cerca de parar el primero, sí que detuvo el segundo. Un penalti que convenció a la grada de que "sí se puede". Aunque la alegría se diluyó a un cuarto de hora del final. Pablo Barrios adelantó a los colchoneros con un disparo desde fuera del área y Carrasco, con el Arenteiro lanzado en busca del empate, consumó la remontada en el descuento.