El Club Ourense Baloncesto regresa de nuevo a la cancha y lo hace otra vez con pocas sesiones desde el pasado encuentro ante Movistar Estudiantes el martes. Esta tarde vuelven al Pazo dos Deportes Paco Paz para recibir a las 21.00 horas al Tau Castelló,un equipo que llega tras conseguir una victoria abultada ante Guipúzkoa Basket, el equipo que derrotó a los ourensanos en su debut en LEB Oro tras el descenso.

“Estamos bien y con ganas de jugar pero sobre todo con ganas de estrenarnos. En este aspecto, debemos tener un poco de paciencia porque la ansiedad y la presión en estos caminos no son buenos acompañantes”, advierte un prudente Guillermo Arenas consciente de que “todos queremos llegar y que el partido sea una victoria, pero antes de ello debemos trabajarla y entrenar bien para llegar lo mejor preparados que podamos y salir concienciados de que todos los encuentros que vamos a disputar serán duros y que, jugando en casa, debemos dar un plus.”

Con ese “plus” como petición para los suyos, el técnico asturiano analiza el rival que tendrán delante y opina que “en el TAU ha habido un cambio enorme entre el primer y el segundo partido, sobre todo porque han subido un montón la intensidad defensiva siendo más activos y agresivos por lo que creo que nosotros de salida debemos igualar esa agresividad”.

Por ello apunta como clave, “ salir duros y fuertes para estar metidos en el partido los cuarenta minutos, porque contra el Estudiantes, cuando no cumplimos la premisa, nos sacaron y nos anotaron con mucha facilidad. Otra de las claves que debemos desarrollar nosotros, es ser constantes a lo largo de todo el choque.”

Con los objetivos claros, el entrenador propone “que el ritmo sea alto y se mantenga, que podamos ir rápidos y ellos no puedan pararnos. Nosotros queremos y tenemos que jugar a un ritmo alto y ofensivo así que espero que los cuarenta minutos vayan a ritmos altos. ¿Si nos paran? Nos costará más pero tendremos que adaptarnos subiendo, si cabe, todavía más nuestra intensidad para incrementar la velocidad”, concluye Arenas.