“El Penya Esplugues es un rival que, sobre todo con el cambio de entrenador, ha mejorado mucho, lo ha demostrado especialmente en las últimas jornadas. Se está jugando la salvación y sabemos que no será un partido fácil, la semana pasada puntúo en Poio y esta juega en casa, además incorporaron a Berta a mitad de temporada y es una de las míticas jugadoras de la liga, veterana pero con mucha clase y mucho trabajo. Serán difíciles”, advierte un Gonzalo Morenín que tendrá que ver el partido de esta tarde desde la distancia como ya lo hizo ante Majadahonda, con el equipo viajará el segundo entrenador , Isidro Grela, porque el covid-19 esta vez no hizo mella en el equipo, pero sí en el entrenador. 

“Plena y total confianza en él y en ellas”, dice el míster desde casa desde donde cuenta que los entrenamientos de esta semana se basaron “especialmente en la importancia del scouting porque es un partido importante, en el que las catalanas jugarán a vida o muerte porque lo hacen para no descender”. 

En el bando de las ourensanas, la finalidad del encuentro no es solo la de la victoria, es la de recuperar sensaciones, “quedan tres jornadas de liga, ya no nos jugamos nada, lo único intentar luchar por nuestra octava posición, pero sobre todo por quitarnos las malas sensaciones; las últimas las de Majadahonda”. Para ello el club recupera a Chiky, aunque no al 100%, y a Robinha, pero tendrá más ausencias, la de Laura Uña y la de Judith Pedreira, ambas por lesión. Así que toca afrontarlo como “uno de los tres partidos que nos quedan para intentar quedar lo más arriba posible en la clasificación y terminar como nos merecemos”, pide el técnico local. 

Antes del duelo Morenín hace balance y considera que el equipo va a tener que esforzarse, pero no a nivel físico, porque lo han trabajado bien y lo dominan, más a nivel mental, “creo que el perder la final de la Copa Xunta de la manera que la perdimos, ese penalti parado, nos hizo mucho daño, fue muy cruel, y con ese sabor de boca viajamos a Madrid y llegamos al partido de Majadahonda cansadas, para enfrentarnos allí a un equipo que se jugaba y se juega la salvación, no estuvimos a nuestro mejor nivel”, así que, “lo que se ha trabajado sobre todo a nivel vestuario esta semana ha sido la autocrítica, ver qué se puede mejorar para lograr esos tres puntos, limpiar cabezas y saber que al final son tres partidos por delante, tres encuentros con tres semanas de trabajo y hay que intentar ganar los tres para quedar lo más arriba posible pero siendo consciente de que dos de ellos son contra rivales que se juegan la vida”, apunta el míster que, pese a todo se atreve a señalar las claves, “intentar igualar la intensidad y sin duda jugar con el aspecto mental porque para ellas serán partidos muy importantes y la presión puede afectar”.