El Ourense C.F. coronó ayer con el ascenso a Segunda RFEF en Las Rozas una extraordinaria temporada. Un paso de gigante en la historia de este equipo que puso la guinda a una noche mágica para el deporte ourensano. Primero con el ascenso a la LEB Oro del COB y, ya de madrugada, con este magnífico y holgado triunfo ante el Llerenense en la pugna por una plaza en la cuarta categoría de fútbol español.

Aficionados ourensanos, ayer, en la fiesta por el ascenso ante el Llerenense. | // LOF

De madrugada, porque como suele suceder con las grandes gestas, el partido del ascenso de los ourensanos no estuvo exento de intrahistoria. El choque se demoró hasta media hora por culpa de los empates, prórrogas y tandas de penaltis de los otros choques que precedieron a este definitivo partido. Valió la pena para evitar, por lo menos, el asfixiante calor que envolvió durante la jornada a la capital de España. En Las Rozas, ya cerca de las once de la noche, la temperatura rondaba los 28 grados.

Más calientes estaban los dos equipos, que desde el inicio del partido no escatimaron ni esfuerzo ni valentía. Desde el primer minuto, ourensanos y extremeños dejaron claro las intenciones de buscar el ascenso por la vía rápida.

Cuarenta minutos de brega y equilibrio en el centro del campo; de fútbol guerrero; de conocerse un once a otro; de desconfianza y de delimitar el territorio. Una mano al borde del área a favor del Llerenense fue el único contratiempo serio con el que se encontró el conjunto dirigido por el conjunto de Rubén Domínguez. Fueron cuarenta minutos de tanteo en el que los ourensanistas no solo resistieron, sino que fueron capaces de sentar las bases de lo que sería su posterior superioridad traducida esta vez ya en goles.

Cuando todo parecía que el encuentro llegaría al descanso con el empate inicial, los ataques del Ourense C.F. se convirtieron en una hemorragia de efectividad. Tres acciones consecutivas, aisladas en ese crecimiento ya evidente de la superioridad gallega sobre el equipo extremeño, pusieron las cosas en su sitio y enfilaron a los ourensanos hacia la Segunda RFEF. Incluso, el tercero de la cuenta llegó en propia puerta.

Un resultado contundente en apenas diez minutos. 3-0. Y quedaban todavía 45 minutos para certificar con un ascenso una temporada magnífica. Solo tenía que pasar una cosa. Mente fría tras la reanudación. Eso debió ser lo que transmitió el técnico ourensano en el vestuario, porque así se plantó su grupo en el terreno de juego. Control y más control. Seguridad en cada acción y el que se desesperara que fuera otro. Y así sucedió. El Llerenense, por desesperación, se quedó en inferioridad y el Ourense siguió su camino de gloria con un tanto más para redondear la fiesta del ascenso: (4-0)