El equipo de Rubén Domínguez no acaba de carburar. Tras la derrota por goleda ante el Noia, un encuentro que pilló de sorpresa y metió a los coruñeses en la parte alta de la clasificación, los pontinos viajaron ayer a tierras lucenses para medirse al Viveiro y redimirse.

De la cita, el Ourense CF sacó un punto en Cantarrana para estrenar su casillero en la Liga, pero no para convencer.

El club pontino llevó las riendas de un partido que murió sin goles. Los locales se adaptaron al juego de los de O Couto, pero se sintieron muy cómodos sin tener el control del balón. Iker Hurtado y Jerin Marcolinio fueron los más activos de un Ourense que dominó, controló y encerró al Viveiro, pero sin llegar a plasmarlo en el marcador.

Tras la reanudación, el Ourense no estuvo tan arriba como en la primera, aunque las internadas de Fariña y José Palmas le dieron más profundidad por banda. El Viveiro no tuvo grandes oportunidades, pero no sufrió en exceso las acometidas de su rival.

Al final, empate sin goles que permite al Viveiro sumar su segundo empate sin lucirse en exceso. Mientras tanto, el Ourense estrena su casillero y confirma que, aunque hay buenas sensaciones, también hay muy pocas herramientas ofensivas para someter y superar a sus contrincantes hasta la fecha.