Era hasta ayer el segundo mejor clasificado, el líder del Grupo Sur, el Arenteiro, pero venció en casa frente al Polvorín colocándose, por el momento, en el primer puesto para el ascenso a expensas del resultado que obtenga en la tarde de hoy el Bergantiños. 

Los de Fran Justo saltaron al campo peleando por demostrar que han llegado no para quedarse sino para ascender, a pesar de que gran parte de la temporada la jugaron en A Regueiriña querían hacer del Espiñedo su fortín y, aún con todo el esfuerzo de los visitantes, lo hicieron posible con un 1-0.

El partido comenzó bronco y tenso desde el primer momento cuando, ya a los cinco minutos, el Arenteiro solicitaba que se expulsase al portero del Polvorín por lo que consideraban falta peligrosa sobre Sylla. A partir de ahí la misma tónica: mucha tensión.

En el juego, durante los primeros 20 minutos el partido estuvo igualado siendo un intercambio continuo del dominio tanto del terreno como del balón entre dos equipos que conocían la importancia de sumar tres puntos. Fue rival el propio campo. El colegiado sacó más de 10 tarjetas entre faltas (y protestas por las mismas), varias de las cuales fueron provocadas por caídas a causa de los charcos en el césped. 

 Entre la tensión y el arbitraje el partido enseguida se caldeó y hubo más de un pleito entre jugadores que conseguían acercarse al área contraria y generar sensación de peligro sin llegar realmente a ser peligrosos.

 Quedaba un minuto para el descanso cuando ambas plantillas visualizaban el 0-0 en el electrónico, pero, una vez más, se interpuso el arbitraje y el colegiado pitó penalti a favor del Arenteiro. Renan Zanelli engañó a Julen y abrió el marcador con un gol que celebró plantilla y afición y que afectó moralmente al Polvorín. Antes de marcharse al vestuario un nuevo disparo suponía un gol para el Arenteiro que, mientras volvían a estar de celebración, era anulado por posición incorrecta. 

Al regreso de los vestuarios el Polvorín no bajó los brazos e intentó presionar y aumentar el ritmo de juego buscando un empate que nunca llegó. La defensa de los locales no se amedrentó y dominó terreno y esférico.

No controlaron igual las emociones y Fran Justo, el entrenador del Arenteiro, terminó teniendo que ver el final del partido fuera del campo al recibir la roja directa. 

El Arenteiro buscó sentenciar y Sylla tuvo varias oportunidades pero no llegaron a fraguarse, sin embargo tampoco tuvo más éxito el Polvorín, se dejó los tres puntos en el Espiñedo.