Una bandeja de Timmer acabó con las esperanzas del Ibereólicas Renovables Ourense en Valladolid. Porque hasta ahí, hasta esa jugada definitiva, los ourensanos llegaron dispuestos a todo después de un tiro libre anotado por Uriz. Rebobinando un poco más atrás, cuando apenas restaban cuatro minutos, los de Gonzalo García manejaban una ventaja cercana a la decena de puntos. Pero se esfumó.
Como un disparo arrancó el COB, que acertó en los tres primeros ataques, dos de ellos con lanzamientos de tres puntos, de las manos de Joan Tomàs y Van Wijk. Carburaba el Ourense, tanto que el banquillo local paró el partido a las primeras de cambio con un 6-13. Otro triple, éste de Brito, estiró la ventaja hasta un 8-18, solamente recortada en un punto al final del primer cuarto, 16-25.
Gracias a una anotación compulsiva y el dominio del rebote se puso 14 arriba el Ibereólica Renovables Ourense, que decidió tomarse un respiro a la hora de atisbar el aro pucelano. El arreón vallisoletano era cuestión de tiempo, llegó, un 10-0 liderado por De la Fuente y Nacho Martín al que únicamente contestaron los visitantes con dos tiros libres de Adonys Henríquez. Tiempo muerto de García, intercambio de golpes, con un apretado 34-36 se llegó al descanso.
Como un búfalo regresó de los vestuarios el ahora denominado Clínica Sur-Aspasia RVB, que de la mano de Timmer y Van Zegeren abrieron brecha, 44-37. Para el partido García de Vitoria y Uriz ejecuta bien las instrucciones, triple para un 44-40.
Al paso por el minuto 26 volvió a mandar el COB después de tres tiros libres anotados por Uriz, 51-52, que le cogió gusto a la cosa, 51-54. Mazaira se unió a la fiesta, de tal forma que el Ourense entró cinco por delante al periodo definitivo, 61-66.
Ya en los diez minutos finales, canastón de Brito para mantener la ventaja, antecedente de dos triples de Dimitrijevic para aumentar la grieta hasta los diez puntos.
Aún fue a más la cosa, 66-78 después de dos puntos más del portugués.
Cuatro minutos quedaban y la victoria estaba al alcance, 71-82. Un 4-0 nubló el cielo, contestón de nuevo Brito, 75-85. Inexplicablemente, Valladolid resucitó, 87-86. Igualó Uriz y sentenció Timmer cuando ya no podía haber respuesta.
