Junto a Susana, su novia, y Lluna, un pastor catalán, pasa David Monreal, el entrenador del Campus Rugby Ourense, estos tiempos que nos ha tocado vivir.
- ¿Cómo definiría en una sola frase la temporada?
- Ha sido una montaña rusa de emociones, plagada de altibajos. Ha tenido un final feliz, hemos acabado terceros pese a todos los problemas. Ha habido mucha igualdad, excepto Getxo y Gernika, que han estado un peldaño por encima, los demás teníamos un potencial similar. Terceros, está muy bien.
- Mira que tardaron en poder jugar en Ourense. Y cuando al fin lo consiguen se acaba precipitadamente la temporada. Menudo guión más macabro, ¿no?
- Tengo 47 años, desde los nueve llevo jugando al rugby, y nunca vi una temporada como ésta, acabando con el virus, que ya son palabras mayores. Ha sido todo muy complicado, es verdad que los jugadores han sabido estar por encima de las expectativas.
- Es que no ha faltado nada por pasar, ¿verdad?
- Nada, antes de todo esto del Coronavirus tuvimos a dos jugadores con paperas, luego llegaron las lesiones, se sumó el hecho de tener que jugar siempre fuera, un partido se suspendió por una lluvia que nunca llegó... Hubo un momento en el que íbamos de mal en peor, era como si nos hubieran hecho 'vudú'. Menos mal que dimos la talla en el campo, ganamos muchos partidos, cuatro los perdimos en el último minuto...
- Y para rematar, un campo que se supone iba a estar listo pero que tardó en estar listo...
- Era algo que nos animaba mucho mientras teníamos que jugar fuera, ahí nos llevamos un palo duro. Pensábamos que a partir de enero íbamos a poder jugar ya en Ourense (al final fue mediado febrero). Al final jugamos dos partidos, frente a Vigo y Gaztedi, nos faltaban Bilbao y Getxo. Ya pasó, no hay que darle más vueltas.
- Y el 8 de marzo, en San Sebastián, juegan sin saberlo el último partido de la temporada...
- La semana siguiente teníamos que recibir al Bilbao en un partido que se aplazó en su día. En el viaje de vuelta ya vi a la gente preocupada, se hablaba del tema, aunque nadie tenía miedo. El martes entrenamos con normalidad pero al día siguiente ya mandamos a los neozelandeses a su país, se pasó del blanco al negro.
- Y así una tras otra hasta llevar ya ocho semanas de alerta...
- Y el camino que nos queda por recorrer hasta volver a cierta normalidad, que me da va a ser mucho. A ver la evolución de todo esto, se habla de año, año y medio... Veremos.
- Al menos Galicia ya está en la Fase 1...
- Cansa esta situación, pensábamos que no iba a llegar y llegó, pensamos después que iban a ser dos semanas y resulta que ya hemos completado ocho. Y lo que queda. No me gusta el descontrol que hay, si a todos los políticos los metiéramos en un paquete y los mandásemos a la Antártida eso que ganábamos todos los españoles. No hay más que mirar a Portugal, por no hablar de otros países.
- ¿Es de los que ha pasado mal el hecho de estar encerrado?
- Si soy sincero, esto del confinamiento no me ha hecho mucho daño. Salía a pasear a la perra, hacía la compra una vez a la semana, hacía ejercicio en casa... No me ha supuesto un trastorno muy grande. Pero claro que al final te cansas, no dejan de ser ocho semanas sin poder salir. Al final te terminas adaptando a lo que te mandan.
- Los hay que han aprovechado para pasear a la perra muchas más veces que antes del confinamiento...
- Yo no, yo la he sacado las cuatro veces de siempre, no he abusado. En cuanto nos abran las puertas, Susana se marchará a Vigo y yo me quedaré el verano en Ourense muriéndome de calor...
