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baloncesto

Recluidas con el paladar dulce

Las ourensanas del Carmelitas se despidieron de la competición después de conquistar una victoria

Suso Garrido, ayer sentado enfrente de un ordenador. // FDV

Con una victoria en el Vedruna frente al Universidad de Oviedo. Así llegó al parón que no entraba ni en el más retorcido de los guiones el Skoda Carmelitas, en la Primera Nacional del baloncesto español. Era la primera jornada de la fase de permanencia, condenadas las ourensanas después de una fase regular marcada por los infortunios y culminada con muchas derrotas. Suso Garrido, el entrenador, considera que no es momento de pensar en otra cosa que no sea salir de ésta, el deporte adquiere un papel muy secundario.

Detenida de forma indefinida. Así está la Primera Nacional del baloncesto, la que disputan las ourensanas del Carmelitas. En una liga formada por nueve equipos, las de Garrido acabaron en la faggggggse por la permanencia, junto a otros cuatro equipos. La habían empezado con un subidón, con una victoria sobre la Universidad de Oviedo. El fin de semana del parón las tocaba descansar. Y hasta hoy.

"La competición a día de hoy no está suspendida, otra cosa es que las sensaciones nos hacen pensar que se va a dar por terminada y que esto va a acabar en un año en blanco. Esto no se levanta un lunes y el fin de semana ya estás jugando. Al margen del riesgo que produce la propia enfermedad en sí no dejemos de lado el de las lesiones después de una inactividad de varios meses", detalla Garrido, un lustro en el banquillo colegial, partidario de hacer tabla rasa y dar por nula la temporada porque "me parece adulterar la competición si escoges según qué equipos para ascender cuando no se han jugado todos los partidos".

Otras prioridades

En la situación actual no todo debe girar alrededor de un balón. "Me da igual si hablamos de deporte profesional, de deporte semiprofesional o simplemente de deporte amateur, las prioridades deben ser otras. El entretenimiento es muy importante, pero cuando nuestra vida es normal. Y ése no es el caso ahora".

"Nada va a ser igual que antes, los cambios van a ser muy grandes", remarca Garrido, al que jugar a puerta cerrada tampoco llena. "No nos olvidemos del deporte base, un campeonato de chavales moviliza más gente que muchos partidos de categorías importantes".

Cauto, recalca que para qué pensar en el futuro cuando no se ha resuelto el presente más inmediato. "Es que nadie sabe lo que va a pasar la próxima semana, los próximos quince días. No podemos empezar a crear escenarios sin saber lo que va a pasar de forma inmediata. Vale que no tenemos que ser extremadamente alarmistas, pero tampoco caer en la relajación de pensar que esto ya está superado".

"Contra la Universidad de Oviedo jugamos muy bien, tal y como lo hicimos ese día habríamos ganado más partidos", concluye a modo de resumen. Porque volver a jugar dentro de unos meses para cumplimentar los tres partidos pendientes tampoco tendría mucho sentido... "No, imaginemos que fuera en octubre o en noviembre, vendríamos de un parón demasiado largo, de una inactividad, no de unas vacaciones. No todo el mundo tiene en casa un jardín o un gimnasio", finaliza.

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