El ourensano David Ferreiro debía haber jugado el pasado fin de semana en Málaga. Lejos de eso, espera en su casa de Huesca que le digan adelante para volver primero a los entrenamientos y más tarde a la competición.

- Quién nos iba a decir que íbamos a estar así...

- Desde luego, todos teníamos la cabeza puesta en el Málaga y ahora estamos aquí, en casa y sin poder salir. Primero se habló de jugar a puerta cerrada y poco después se suspendieron ya los partidos, que era lo más normal.

- Ya han salido casos de futbolistas que han dado positivo en equipos de Primera y Segunda división. Cuando la primera opción fue jugar a puerta cerrada, como si en el césped no hubiese posibilidad de contagio, ¿llegó a molestarles?

- Yo creo que al principio todos le dimos menos importancia de la que tiene, no fuimos conscientes. Se han dado situaciones sin sentido, partidos a puerta cerrada pero con tres mil, cuatro mil seguidores al lado del campo viéndolo todos juntos en un bar y celebrando juntos los goles. Ya digo, ha habido demasiada inconsciencia.

- Me habla de inconsciencia, ¿también miedo?

- Pues sí, sobre todo por la gente más mayor, son los más débiles ante la enfermedad. Por eso es importante meterse en casa y hacer caso en todo momento a las indicaciones que nos den.

- Está en casa con su mujer, en Huesca; en Ourense tiene a toda la familia, hablarán continuamente...

- Claro, nos llamamos varias veces al día. Unos aquí y otros allí pero todos tenemos que ser responsables, desgraciadamente hay mucho descerebrado. Hemos de tener muy claro que todo esto es en beneficio de todos.

- ¿Y cómo pasa estos días un futbolista que a estas alturas del año pasado jugaba en Primera división?

- Supongo que como todos, metido en casa y con más tiempo que nunca para hablar con la familia, en mi caso aquí con mi mujer. Nada, lo típico, sólo salgo lo justo para pasear a los perros. El resto del tiempo lo pasas viendo los informativos, películas, hablando... En fin, matamos el tiempo como podemos.

- La gente les ve como super hombres que ganan un montón de dinero pero no dejan de ser personas de carne y hueso, ¿no?

- Somos como cualquiera, de un día para otro pasas de jugar al fútbol en campos llenos de aficionados a estar metidos en casa como todos los demás. Nos ha quedado claro a todos que tanto da ser futbolista como trabajador de cualquier otro gremio.

- ¿Qué saca de esta situación?

- Nada bueno, la verdad. Si acaso que te planteas vivir la vida de otra manera, un día te están ovacionando porque has hecho un gol o has subido a Primera división y al siguiente puedes estar en una cama de hospital. Todos unidos vamos a ganar este partido.