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natación sincronizada

Sincro Ourense, el arte de la natación

El concepto "compromiso" une la forma de sentir y de expresarse de las casi 80 nadadoras que conforman el club - Erea Lamas, Eva Rodríguez y Dulce Romero coinciden en que "nadar en equipo las hace mejores"

Las nadadoras del Sincro Ourense realizan una figura en un entrenamiento en la piscina Rosario Dueñas. // Brais Lorenzo

La piscina Rosario Dueñas se redescubre a diario, desde hace 16 años, como el escenario de un gran ballet acrobático. Las protagonistas son las nadadoras del Sincro Ourense y su actuación toma la forma de un deporte elegante y grácil. Su dominio requiere disciplina, perseverancia, forma atlética y muchos años de entrenamiento, como así atestiguan las diferentes generaciones de deportistas que han pasado por el club ourensano de natación sincronizada.

Dentro o fuera del agua, las 80 nadadoras que en la actualidad componen el Sincro Ourense comparten un imaginario colectivo: "Cualquier reto, grande o pequeño, es posible con esfuerzo, constancia y control". Así se lo han inculcado sus cinco entrenadoras: Elvira López, Beatriz Montes, Marta Tardío, Tania De Cabo y Joanna Arias. Lejos de lo que pudiera parecer una frase manida, la realidad es que esta enseñanza se muestra en la manera de hacer y de expresarse de las propias nadadoras. Erea Lamas, Eva Rodríguez y Dulce Romero forman parte del club y compiten en categorías diferentes pero las tres coinciden en señalar que nadar en equipo las hace mejores personas.

El concepto "equipo" resuena a lo largo de la conversación con Erea Lamas, una junior de 15 años, que reconoce que, para ella, "una vida sin deporte no es vida". Nadan desde el corazón y es ese estímulo el que las lleva a intentar por todos los medios no perderse ni un solo entrenamiento. En este punto, entra en juego una vez más la definición de colectividad. "Siempre pienso en mis compañeras, me comprometo con ellas y ellas se comprometen conmigo para lograr nuestros objetivos", explica Erea Lamas. Sienten lo que hacen dentro del agua y aspiran a hacerlo sentir a los que se encuentran fuera. "Antes de salir a competir solo piensas en hacerlo bien, en conseguir demostrar todo el esfuerzo y la intención que le hemos puesto y en que se vean reflejados cada uno de los entrenamientos", afirma Eva Rodríguez que a sus 14 años compite en infantil y junior. Cuando una les pregunta que se siente antes de saltar a una piscina, frente a un público atento a todos tus movimientos y unos jueces dispuestos a tomar nota de cada alzamiento, elevación, molinillo y giro, las tres responden al unísono: "Nervios". Hasta ese punto llega su capacidad de sincronización. Es más, lejos de una sensación con connotaciones negativas, las tres coinciden en aplaudir la definición de Erea Lamas que dice que "se trata de nervios ricos".

Disciplina

Responsabilidad y disciplina son valores inherentes a la natación sincronizada, pero este deporte también conlleva un punto de sacrificio como evidencia la directora técnica del club Sincro Ourense, Elvira López. "Siempre digo que nuestras nadadoras se dejan muchas cosas por estar aquí entrenando y compitiendo, pero también viven otras que de no ser por la natación sincronizada no experimentarían", explica. "Este deporte las prepara para salir al mundo capaces de enfrentarse a los retos, dispuestas a luchar por un objetivo y sin la intención de rendirse", añade. El esfuerzo se traduce en grandes resultados para el club. "A nivel autonómico en los últimos años hemos conseguido estar arriba en casi todas las modalidades y revalidar el título de Campeón Gallego", señala la directora técnica. Incide especialmente en la mejora de posiciones a nivel nacional. "Las niñas nos han colocado en el panorama nacional, cada vez se nos conoce mucho más, hay clubes grandes observándonos desde hace tiempo y los jueces valoran nuestro trabajo", continúa.

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