Las ventanas FIBA se cerraron y el COB creyó hacer hecho lo propio con la suya y las derrotas. Pero se dejó una rendija minúscula abierta y por ahí se coló el Valladolid para ganar el partido. 74-73 perdieron los ourensanos, que dispusieron del último ataque. Contaron con 21,6 segundos. La bola fue a parar finalmente a Alvarado, pero el canario, que desde Pucela llegó a Ourense, no acertó. Derrota dulce dirán algunos; cruel remarcarán los más. Valladolid continuará en lo más alto y sin haber cedido en casa en la liga, Ourense encadena el cuarto partido sin triunfo la semana previa a recibir al Cáceres, en el que ya no valdrán las medias tintas, habrá que ganarlo sí o sí.

La primera parte fue para los de Hugo López, que no rompieron el partido pero siempre lo manejaron con ventajas de entre siete y diez puntos. A los nueve minutos llegó la primera cesta de Urtasun, lo que era un 15-12 -reclamaba liderazgo Gonzalo García y el navarro respondió con 17 puntos para una tarjeta de 5 de 12 en tiros de campo y seis tiros libres sin fallo-. Se despegaron los vallisoletanos, para llegar ocho arriba al primer descanso, 22-14.

Bajo los mismos parámetros se movió el segundo cuarto, tironcito del Valladolid, respuesta del COB, siempre ahí, haciendo la goma pero sin llegar a alcanzar a los castellano leoneses, 44-38 en el descanso.

La reanudación presagió una noche dura, el líder de la LEB metió una marcha más y rápidamente colocó diez puntos entre unos y otros, 48-38. No se amilanaron los ourensanos, que con dos triples, uno de Edu Martínez y otro de Van Wijk, se pusieron a cuatro, 48-44. Aturdidos, los locales vieron como cuatro puntos seguidos de Balaban empataban el partido, 48-48. La remontada la culminó Sima desde el tiro libre, 48-50. La contestación fue fulgurante, un 5-0 colocó un 53-50, 54-52 a falta de los diez minutos definitivos.

En un puño

Intercambio de golpes, mínimos estirones para los locales, empate, 65-65, con cuatro minutos por delante. Un 5-0 parece romper el partido, García de Vitoria lo detiene pero Valladolid entra siete arriba en el último minuto. Dos triplazos de Edu Martínez minimizan la diferencia, 74-73. Se enredan los pucelanos, que pierden la bola y se sienten a merced de los gallegos.

A falta de 21 segundos y 6 décimas inicia el ataque definitivo el COB, el del todo o nada. La pelota circula por varios jugadores hasta que va a parar a Alvarado. El canario lanza pero no entra, no se cumple el dicho que no hay peor cuña que la de la propia madera.

Valladolid gana el partido, no le llega la camisa al cuerpo, a Ourense le queda el triste consuelo de haber sumado una victoria moral.