El partido de juveniles entre Velle B y Seixalbo acabó de muy mala manera. Porque al cuarto de hora de la segunda parte, el árbitro decidió mandar a los equipos a los vestuarios harto de los insultos que estaba recibiendo desde la grada del padre de uno de los futbolistas locales.

A la hora de juego, harto ya de estar harto, no pudo más y el árbitro decidió detener el juego. Enfiló llorando el camino de los vestuarios, un muy triste colofón para un partido de la Primera autonómica juvenil.

Representantes del Velle y del Seixalbo entraron en la caseta con la intención de consolar al colegiado, que accedió a continuar el partido una vez el insultador dejó el campo del Monte da Aira de Velle.

El juego se reanudó entonces sin mayores contratiempos y los visitantes ganaron 1-2, lo de menos después de lo que había tenido que aguantar el árbitro.

Redes sociales

El Seixalbo publicó en sus redes sociales un mensaje de repulsa a estas actitudes impropias.